Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Jueves 7 de noviembre de 2024

Buscar la santidad en tiempos de cambio

En un mundo marcado por la incertidumbre y los profundos cambios sociales, el llamado a vivir en santidad sigue siendo más relevante que nunca. Las palabras del apóstol Pedro, escritas hace casi dos mil años, no pueden ser más actuales: “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1,16). Este llamado, lejos de ser una exigencia inalcanzable, es una invitación a imitar el carácter de Dios en cada aspecto de nuestra vida.

Periodista: Nazareth Quezada A.

En Chile, hoy en día también se enfrentan situaciones que desafían nuestra comprensión de la santidad: luchas sociales, demandas de justicia, conversaciones sobre la dignidad humana y el bien común. ¿Qué significa ser santo para un chileno en 2024? ¿Cómo se puede demostrar esto en la vida cotidiana? 

La santidad como acción y compromiso

En el contexto actual, la santidad no es simplemente apartarse del mundo, sino vivir de manera coherente con los valores del Evangelio, respondiendo a las necesidades del prójimo y luchando por la justicia. La santidad, como enseña 1 Pedro, es vivir conforme a la verdad de Cristo, reflejando su amor y compasión en nuestras decisiones y acciones cotidianas.

Para los cristianos en Chile, esto puede traducirse en:

Practicar la justicia y la solidaridad: En una sociedad marcada por las desigualdades, el llamado a la santidad nos impulsa a buscar la justicia, no sólo como un ideal, sino como una realidad concreta. Esto implica solidarizarnos con quienes sufren, levantar la voz por los que no la tienen y actuar con integridad en todos nuestros roles.

Ser instrumentos de paz: La división social y política que vive el país requiere de personas que, desde la fe, sean puentes de reconciliación. La santidad se manifiesta en el respeto por la dignidad de cada ser humano, en el diálogo constructivo y en la promoción de una convivencia pacífica basada en el bien común.

Defender la verdad con amor: En una era de exceso de información confusa, la santidad nos llama a ser personas de verdad. Esto no solo implica denunciar lo que es injusto, sino también hacerlo con amor y respeto, construyendo un testimonio que refleje la luz de Cristo en un mundo necesitado de esperanza.

Una santidad activa en lo cotidiano

La santidad no es algo reservado para unos pocos ni se limita a los momentos extraordinarios. Es, como señala Pedro, un estilo de vida: “Sed santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1,15). Cada cristiano está llamado a ser santo en lo cotidiano: en el trabajo, en la familia, en la comunidad. Esto implica vivir con coherencia, tomando decisiones basadas en los valores del Evangelio, incluso cuando eso requiere nadar contra la corriente de la cultura actual.

En un Chile que busca reimaginar su futuro, ser santos hoy significa estar dispuestos a actuar con compasión, justicia y humildad, reflejando en cada aspecto de nuestra vida el carácter de aquel que nos llamó. Es una tarea diaria que requiere esfuerzo, pero es también una promesa de transformación para nosotros y para la sociedad que nos rodea.