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Lunes 7 de octubre de 2024

Lunes 7 de octubre: ¿cómo puedo unirme a la Jornada Mundial de Oración y Ayuno por la Paz?

Periodista: Alejandro Manríquez Herrera

Este lunes 7 de octubre, el Papa Francisco ha convocado a una Jornada de Oración y Ayuno por la Paz, una iniciativa que busca unir a los creyentes de todo el mundo para implorar el fin de la violencia y la guerra que afligen a tantas naciones. 

El llamado de Francisco no se limita solo a los católicos. El pontífice ha invitado a “todos los hombres y mujeres de buena voluntad” a unirse a este gesto de ayuno y oración. 

¿Cómo podemos participar de esta jornada?

  • Puedes hacer una comida más ligera o sencilla. 
  • Orar, hablar con el Señor, tener un momento a solas con Dios. Pedir por la pronta paz en Medio Oriente, Ucrania y Sudán. Como dice el Papa Francisco, la oración es la “primera fuerza de la esperanza y una poderosa arma para acabar con la guerra”.
  • También puedes unirte con el rezo del Santo Rosario, poniendo la paz en el mundo entre tus intenciones. Especialmente, hoy que es el día de Nuestra Señora del Rosario.
  • Asistir y participar de la Santa Misa.
  • Otra opción es ir al templo de tu capilla o parroquia y rezar la oración por la paz que rezó el Papa Francisco ayer domingo 6 de octubre de 2024. Es la que puedes rezar a continuación.

Oración del Santo Padre

Oh María, Madre nuestra, estamos de nuevo aquí ante ti. Tú conoces los dolores y las fatigas que en esta hora abruman nuestro corazón. Nosotros elevamos la mirada hacia ti, nos sumergimos en tus ojos y nos encomendamos a tu corazón. 

También a ti, oh Madre, la vida te reservó difíciles pruebas y humanos temores, pero fuiste valiente y audaz; confiaste todo a Dios, le respondiste con amor, te ofreciste incondicionalmente. Como intrépida Mujer de la caridad, fuiste rápidamente a ayudar a Isabel; con prontitud percibiste la necesidad de los esposos durante las bodas de Caná; con fortaleza interior en el Calvario iluminaste de esperanza pascual la noche del dolor. 

Por último, con ternura de Madre animaste a los discípulos temerosos en el Cenáculo y, con ellos, acogiste el don del Espíritu. Ahora te suplicamos, ¡escucha nuestro clamor! Necesitamos tu mirada amorosa que nos invita a confiar en tu Hijo Jesús. 

Tú que estás dispuesta a acoger nuestros dolores, ven a socorrernos en este tiempo en que estamos oprimidos por las injusticias y devastados por las guerras; enjuga las lágrimas sobre los rostros sufridos de cuantos lloran la muerte de sus seres queridos, de sus propios hijos; despiértanos del letargo que ha oscurecido nuestro camino y despoja nuestros corazones de las armas de la violencia, para que se cumpla pronto la profecía de Isaías: «Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra» (Is 2,4). 

Madre, dirige tu mirada maternal a la familia humana, que ha perdido el gozo de la paz y ha extraviado el sentido de la fraternidad. Madre, intercede por nuestro mundo en peligro, para que custodie la vida y rechace la guerra; para que cuide a los que sufren, a los pobres, a los indefensos, a los enfermos y a los afligidos, y proteja nuestra casa común. 

Te suplicamos, Madre, la misericordia de Dios, ¡tú que eres la Reina de la paz! Convierte los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas que provocan la muerte, apaga la violencia que habita en el interior del hombre e inspira proyectos de paz en las decisiones de quienes gobiernan las naciones. 

Madre, Reina del santo Rosario, desata los nudos del egoísmo y disipa las nubes oscuras del mal. A nosotros tus hijos llénanos con tu ternura, levántanos con tu mano bondadosa y danos tu caricia de Madre, que nos hace esperar el advenimiento de una nueva humanidad donde «el desierto será un vergel y el vergel parecerá un bosque. En el desierto habitará el derecho y la justicia morará en el vergel. La obra de la justicia será la paz» (Is 32,15-17). Oh Madre, ¡ruega por nosotros! Amén.

Esperanza en medio de la oscuridad

Esta jornada de ayuno y oración por la paz coincide con el primer aniversario del ataque perpetrado por Hamás en Israel, un trágico episodio que desencadenó un conflicto brutal en Tierra Santa.

La jornada del 7 de octubre no es una acción aislada, sino parte de una larga tradición del pontífice de interceder por la paz en tiempos de crisis. Francisco ha impulsado iniciativas similares en situaciones críticas como en Siria, Líbano, Afganistán, Ucrania y otras regiones, demostrando su profunda preocupación por las víctimas de la guerra y su incansable búsqueda de la reconciliación.

La Iglesia en Santiago, a través de sus parroquias y comunidades, también ha organizado momentos de reflexión y oración para pedir el don de la paz en medio de los “vientos de guerra y los fuegos de la violencia”, como expresó el Papa.