Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Lunes 9 de septiembre de 2024

Con misa solemne, la comunidad cristiana de La Victoria cerró la “Semana de André y Pierre”

Los vecinos de la emblemática población de la Zona Sur de Santiago clausuraron una semana en la que recordaron los 40 años de la muerte del padre André Jarlan. Además conmemoraron la vida y obra del padre Pierre Dubois. Entre las diversas actividades destacó el lanzamiento del libro “André Jarlan. Diario 1982-1984, de la oración a la acción”.

Periodista: Alejandro Manríquez H.

Hace cuarenta años una noticia conmocionó a la opinión pública chilena e internacional. En el corazón de la Población La Victoria, en la Zona Sur de Santiago, un sacerdote obrero francés moría en su casa justo en el momento en que leía la Biblia. 

Una bala policial había atravesado la frágil estructura de la vivienda parroquial impactando de lleno la nuca del padre André Jarlan. Uno de los primeros en encontrarlo fallecido fue su hermano de misión, el padre Pierre Dubois.

A cuatro décadas de ese doloroso hecho, la Parroquia Nuestra Señora de La Victoria sigue recordando y relevando el legado social y espiritual que dejaron ambos sacerdotes franceses.

Este domingo 8 de septiembre, los “victorianos” cerraron una semana de conmemoraciones con una misa solemne en el templo parroquial organizada y animada por un activo grupo de jóvenes de la población.

Durante la “Semana de André y Pierre” se realizó el lanzamiento del libro “André Jarlan. Diario 1982-1984, de la oración a la acción”, se presentó la obra de teatro “Curas Rojos” y se realizaron exposiciones fotográficas, entre otras actividades.

Previo a la eucaristía solemne de este domingo, la comunidad realizó una romería por las calles vecinas, caminata que pasó por Capilla Ranquil 4721, el domicilio en que vivieron los sacerdotes. Fueron acompañados por la música y la danza del grupo de bailes religiosos San Andrés.

Las albas de los padres André y Pierre

Pasadas las 16:30 hrs, músicos, comparsa y pobladores llegaron a la sede parroquial en la esquina de Galo González con Unidad Popular. Dos jóvenes mujeres entraron al templo portando en sus manos las albas que alguna vez utilizaron los padres André y Pierre. Las dejaron en dos asientos reservados.

El párroco Christian Reyes dio la bienvenida y pidió un “aplauso fuerte” para ambos sacerdotes, invitación respondida por los presentes con gritos de emotividad. 

Además, el padre Christian agradeció la presencia, entre otros, del vicario de la Zona Sur, Pbro. Manuel Martínez, del recordado ex párroco de La Victoria, Sergio Naser, y de Renaud Collard, primer consejero de la Embajada de Francia en Chile.

Posteriormente, los animadores invitaron a los presentes a observar un breve video documental que mostraba el contexto de la Población La Victoria en los años 80.

Luego, en el momento de las ofrendas, los pobladores presentaron, entre otros, un fondo (olla) que representa el trabajo comunitario de elaboración de alimentos (olla común). Esta fue una de las actividades solidarias impulsadas por los padres André y Pierre, y que hasta el día de hoy sigue en actividad.

Durante su homilía, el vicario de la Zona Sur destacó: “la tragedia se convierte en esperanza. El dolor se va convirtiendo poco a poco en solidaridad. Como lo han vivido tanto tiempo ustedes aquí en medio de la población. Con la gracia de Dios también aparecen brotes verdes de esperanza que nos van acompañando a lo largo de nuestra vida. Celebramos la eucaristía como acción de gracias por todos los dones que Dios nos ha ido regalando a lo largo de la historia”.

Un espacio de encuentro para todos

“Una de las cosas más lindas que han sembrado las figura de André y de Pierre es la posibilidad de hacer de nuestra parroquia un espacio de encuentro para todos”, destacó el padre Christian Reyes, quien es párroco de Nuestra Señora de la Victoria desde el año 2019.

“Acá se reúnen todas las organizaciones sociales. Es un regalo del martirio de André el recordar que la mejor manera de encontrarnos es ponernos al servicio de los demás, abrazando nuestra historia, acogiendo el presente y construyendo el futuro”, agregó.

Leonor Valenzuela, una de las fundadoras de la Población y activa participante del comedor solidario, recordó con cariño la figura del padre André. “Cada vez que lo recordamos en esta fecha me da la impresión de que estuviera con nosotros. Que volvemos a hablar con él, que lo escuchamos. Él nos ayudó mucho, era un sacerdote muy cercano”.

Finalmente, los animadores de la liturgia, Francisco Videla y Nancy Valenzuela, agradecieron la instancia. “Somos parte de un grupo de amigos que nos conocimos hace más de 12 años acá en la pastoral juvenil de la parroquia. A nosotros nos pidieron organizar esta misa solemne de los 40 años del asesinato del padre André y fue un honor. Lo hicimos con mucho cariño y esfuerzo, con signos bonitos para que todo saliera lo mejor posible”, concluyeron.