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Sábado 10 de agosto de 2024

Padres de la Casa Santo Cura de Ars celebraron a su patrono

En la casa residen veinte sacerdotes de avanzada edad con una larga trayectoria de servicio en las comunidades de nuestra Arquidiócesis. Además acoge a presbíteros con problemas puntuales de salud.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Alejandro Manríquez H.

“No se sientan jubilados o que ya no sirven. Yo les doy una nueva misión: rezar por los sacerdotes y los agentes pastorales de Santiago. Eso nos dijo don Ricardo Ezzati cuando abrió esta casa hace nueve años y lo repetía siempre. Nosotros recibimos ese mensaje y hemos tratado de cumplirlo”, confesó el padre Sergio Torres el mediodía de este viernes 9 de agosto de 2024. Fue justo antes de que comenzara la misa con que los residentes y funcionarios de la Casa Sacerdotal Santo Cura de Ars celebraron a su patrono: San Juan María Vianney.

El padre Sergio –quién leyó la carta con la que el Cardenal Ezzati se excusó de participar por razones de salud– es uno de los veinte presbíteros (tres en tránsito) que actualmente son atendidos en esta casa de la comuna de Providencia, que administra la Vicaría para el Clero del Arzobispado de Santiago.

Allí residen sacerdotes que entregaron toda una vida al servicio pastoral de sus comunidades como el padre Mario Garfias, el padre Humberto Guzmán o el padre Gerard Ouisse, solo por nombrar algunos.

Mons. Chomali: “su trabajo que ha quedado en el corazón de las personas”

Durante la misa, +Fernando Chomali G., arzobispo de Santiago, compartió con los padres de la casa que en estos ocho meses que lleva en Santiago ha recorrido muchas parroquias, comunidades, colegios y universidades… “Y siempre hay un recuerdo hacia aquel sacerdote que estuvo en algún minuto. Por eso les digo: en la memoria de muchas personas están cada uno de ustedes”.

Y agregó: “solamente Dios sabe la cantidad impresionante de personas que sintieron la alegría de que ustedes le hayan perdonado sus pecados o que los hayan escuchado. Solamente Dios sabe la alegría que experimentaron tantas personas que ustedes acompañaron ante el dolor de la muerte de un familiar y a quienes ustedes mostraron el misterio pascual, que la muerte no tiene la última palabra. El trabajo pastoral que ustedes realizaron durante su vida activa en las parroquias, y también hoy día, ha quedado en el corazón de muchas personas y les ha cambiado la vida”.

Además, don Fernando los invitó a conservar el amor que cada uno recibió en sus comunidades. “Ese tiene que ser nuestro gozo: haber hecho la voluntad de Dios”. Asimismo, reiteró el agradecimiento a cada uno de los presbíteros residentes. “La gran mayoría de ustedes fueron nuestros formadores”.

Mons. Chomali también tuvo palabras  para los sacerdotes que recientemente fallecieron: el padre Mario López, el padre Jorge Jacques, el padre Sergio Cerda, el padre Carlos Risopatrón, el padre Germán Álvarez y el padre Eliseo Escudero.

Durante la eucaristía, el arzobispo fue acompañado por +Álvaro Chordi M, obispo auxiliar y vicario pastoral, y por +Luis Migone R., obispo auxiliar y vicario para el Clero. Además estuvieron presentes vicarios territoriales, sacerdotes arquidiocesanos y el rector del Seminario Pontificio Mayor, Fernando Valdivieso.

Homenaje y agradecimientos

Antes de que comenzara la misa, los residentes y funcionarios, junto a los vicarios y sacerdotes visitantes, se reunieron con Mons. Chomali en una de las salas de estar de la Casa Santo Cura de Ars. La palabra la tomó el padre Julio Dutilh, quien leyó a los presentes una carta a nombre de todos los presbíteros de la casa 

Allí aprovechó de homenajear a María Jose Correa Arrau, enfermera jefe de la casa “quien cumplió 25 años de abnegado servicio profesional entre nosotros”.

El padre Julio agradeció además la presencia y la preocupación por la casa que han manifestado el arzobispo y los obispos auxiliares. “¡Muchas gracias! Aquí no nos falta nada. Confesamos que como sacerdotes diocesanos tenemos dificultades para vivir en comunidad, nos cuesta compartir. Tenemos mucho camino que recorrer todavía. Pero también hemos vivido varios aspectos positivos: arreglos materiales en el jardín y en el comedor que han facilitado nuestra vida, o los talleres de formación tanto espiritual como intelectual. Agradecemos especialmente a Jonathan Salgado, a Claudio Cornejo y al padre Andrés Moro, por su cercanía y acompañamiento. Extendemos nuestra gratitud también al padre Jorge Sáez, nuestro confesor, y a don Luis Migone”.

Finalmente, esbozó una petición: “los sacerdotes que vivimos aquí estamos muy contentos y muy bien atendidos, especialmente en el cuidado de la salud. Sin embargo, trasladarse a esta casa no fue fácil. Dejar la parroquia y llegar a un lugar sin tener ninguna actividad pastoral es difícil. Necesitamos seguir informados de lo que sucede en las parroquias. Y ojalá recibir la visita de más sacerdotes activos para no perder el interés y la sintonía con la pastoral”.