Domingo 30 de junio de 2024
Celebración de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en la Catedral Metropolitana de Santiago
Autoridades eclesiásticas y diplomáticas se reunieron en la Catedral de Santiago para una emotiva misa en honor a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y para despedir a Mons. Alberto Ortega, Nuncio Apostólico en Chile.
Periodista: Nazareth Quezada A.
Hoy, en el marco de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, la Iglesia de Santiago se congregó para una significativa celebración de la Santa Eucaristía en la Catedral Metropolitana de Santiago. Esta celebración, que reunió a numerosos fieles y autoridades de la Arquidiócesis, fue una ocasión especial para unirse en oración por Su Santidad el Papa Francisco y sus intenciones.
La misa fue presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario General, Mons. Alberto Lorenzelli Rossi, quien inició la celebración con un emotivo mensaje: "Agradecemos a nuestro Padre Dios por esta celebración eucarística, por el Sr. Nuncio Apostólico, Don Alberto Ortega Martín, por las intenciones del Santo Padre, el Papa Francisco, en este día en que conmemoramos la Solemnidad Litúrgica de San Pedro y San Pablo."
Mons. Lorenzelli destacó la importancia de este día, señalando: "En esta celebración también reafirmamos nuestra fe en Jesucristo, nuestra fidelidad a la Iglesia y al Pedro de hoy, el Papa Francisco. A pesar de tener dificultades en sus rodillas y necesitar un bastón y sillas de ruedas para movilizarse, el Papa no ha frenado su intensa actividad apostólica programada. Nos conmueve su pasión, su magisterio y su entrega, por eso lo encomendamos al Señor que lo cuide y lo acompañe."
La celebración fue un espacio para la reflexión y la comunión, recordando las palabras de Jesús a Pedro: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mateo 16, 18). Los asistentes participaron con devoción, subrayando la importancia de la unidad y la fe en la comunidad.
Al finalizar la Eucaristía, se ofreció un homenaje a Mons. Alberto Ortega, quien culminó sus funciones como Nuncio Apostólico en Chile. En su discurso, Mons. Ortega expresó su alegría por celebrar la Eucaristía con la comunidad de Santiago: "Es una alegría poder celebrar con ustedes esta Eucaristía en esta solemnidad de San Pedro y San Pablo aquí en la Catedral de Santiago y unirme a toda la Iglesia de Santiago y de Chile en una oración por el Santo Padre el Papa Francisco que como Sucesor de Pedro guía y acompaña a la Iglesia como punto de referencia en la fe y en la caridad."
Mons. Ortega continuó: "En la persona de Mons. Alberto Lorenzelli agradezco al Arzobispado por compartir con la Nunciatura Apostólica esta bella iniciativa y agradezco toda la preparación y también sus palabras tan amables. Saludo a los hermanos obispos, al cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo emérito de Santiago, a Mons. Luis Infanti, Obispo Auxiliar de Santiago, y a Mons. Cristián Contreras, Obispo Emérito de San Felipe."
Refiriéndose a la homilía del Papa Francisco, Mons. Ortega mencionó: "Recordamos a San Pedro y San Pablo esta mañana. El Papa Francisco comenzaba su homilía con estas palabras: ‘Contemplemos a los dos apóstoles Pedro y Pablo, el pescador de Galilea a quien Jesús hizo pescador de hombres, y el fariseo perseguidor de la Iglesia transformado por la gracia en evangelizador de los gentiles. A la luz de la Palabra de Dios, dejémonos inspirar por sus historias, por el celo apostólico que marcó el camino de sus vidas. En su encuentro con el Señor, tuvieron una verdadera experiencia pascual; fueron liberados y ante ellos se abrieron las puertas de una vida nueva.’"
Mons. Ortega subrayó la importancia de la misión y el testimonio de los apóstoles: "Es lo que queremos hacer hoy: queremos dejarnos inspirar por las historias de estos dos grandes santos, San Pedro y San Pablo. Queremos imitar su vida marcada y definida enteramente por el encuentro con el Señor y por su pasión misionera. Queremos que, como a ellos, el Señor abra para nosotros cada día las puertas de una vida nueva."
Entre los asistentes, destacaron diplomáticos y políticos cercanos al nuncio, como la embajadora de Palestina, Vera Baboun, quien también se dirigió a los presentes: "Para mí, como católica, esta es una fiesta muy especial. En Belén, también celebramos con gran alegría la Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Es un honor estar aquí para despedir a Mons. Ortega, quien ha sido un verdadero pastor para todos nosotros en Chile. Oramos por su nueva misión en Venezuela, que el Señor lo guíe y lo acompañe en este nuevo camino."
Francisco Javier Alcalde, consejero de la embajada de la Soberana Orden Militar de Malta en Santiago de Chile, también compartió unas palabras: "Venimos a celebrar esta solemnidad de San Pedro y San Pablo en plena fidelidad y lealtad al Papa Francisco y a acompañar a Mons. Alberto Ortega Martín, quien fue el Nuncio en Chile y decano del cuerpo diplomático. Mons. Ortega realizó una labor enorme, una tremenda labor. Como miembro de la Orden de Malta y como chileno, tengo una especial gratitud por todo el trabajo y el legado que ha dejado en su misión en Chile. Muchas gracias."
Concluyó su discurso con una reflexión sobre la fe y la misión: "El Papa Francisco habla siempre de una Iglesia en salida, de discípulos misioneros. Para anunciar el tesoro que se nos ha dado, abiertos siempre a las sorpresas de Dios. A mí hace poco me anunciaron estas sorpresas de que me cambiaban de país y me mandan a Venezuela. Voy, pues, tan contento y fiado en el Señor. Me voy con muchísima gratitud por estos cuatro años y medio que he estado aquí en Chile. Momentos no fáciles, llegué con el estallido y luego vino la pandemia, pero momentos también preciosos y, sobre todo, momentos donde he conocido la belleza de la Iglesia en tantos lugares y en tantas comunidades."
La comunidad de Santiago se mostró profundamente conmovida y agradecida, reafirmando su compromiso de seguir construyendo una Iglesia viva y unida.