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Jueves 7 de diciembre de 2023
Catequistas para personas en situación de discapacidad comparten la alegría de la fe
Inspirados por el lema "Todos somos Iglesia", representantes de diversas zonas pastorales de Santiago participaron en el VIII Encuentro Arquidiocesano de Catequesis para Personas en Situación de Discapacidad, llevado a cabo en la Vicaría Zona Norte de Santiago.
Periodista: Carolina Jorquera
Esta actividad se enmarca dentro de la celebración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad y se realizó este sábado 2 de diciembre, en la Vicaría Zona Norte. En la oportunidad, se compartieron testimonios de inclusión y se entregaron diferentes herramientas para la transmisión de la fe, dirigidas a personas con discapacidad y sus familias, las cuales propiciaron un enriquecedor encuentro, en favor de cultivar la inclusión en sus comunidades.
La actividad inició con una emotiva oración y cánticos a cargo del "Coro de la Inclusión", un grupo que utiliza la música como medio de desarrollo y aprendizaje, para personas en situación de discapacidad. Sus canciones motivaron y sensibilizaron a los catequistas. El padre Rodrigo Cordero, director del Departamento de Catequesis de la Arquidiócesis de Santiago, expresó su agradecimiento por la disposición a participar en esta instancia, subrayando la misión de la catequesis de proclamar que "todos somos hijos amados del Padre".
¿Cómo abordar la fe con personas en situación de discapacidad?
La licenciada en psicología clínica infantojuvenil Sandra Carvacho guió una experiencia formativa, donde los catequistas aprendieron sobre criterios y prácticas pastorales para personas con discapacidad, incluyendo discapacidades mentales leves y moderadas. Se destacó la importancia de implementar metodologías que faciliten la transmisión del Evangelio, como el uso de diccionarios de términos religiosos en lengua de señas, fichas y otras herramientas didácticas.
Sandra, quien realiza catequesis para personas con discapacidad en la parroquia Santa Filomena de Recoleta, busca integrar a personas con necesidades especiales en la comunidad de catequesis. Enfatizó la necesidad de salir al encuentro de las personas en sus lugares de residencia, colaborando con Fundaciones Coanil para preparar a niños y sus familias para el sacramento. Reconoció la escasa formación en catequesis inclusiva y abogó por fomentar la capacitación de todos los agentes pastorales.
Tras su intervención, instó a los catequistas a salir de su zona de confort, subrayando que la actual integración a grupos de catequesis debe evolucionar hacia una verdadera inclusión: “Queremos que todas las personas que tienen necesidades especiales puedan pertenecer a estas comunidades de catequesis, ya sea juveniles, niños y adultos y que pierdan ese miedo de no tener herramientas para poder hacer esta catequesis inclusiva. Hoy día entregamos mucho material, vamos a seguir formando a los catequistas para que puedan hacer una bonita gestión y para que esta comunidad siga creciendo”, explicó.
Testimonios de fe e inclusión
El VIII encuentro de catequistas para personas con discapacidad ha sido una experiencia significativa, tanto a nivel personal como espiritual. Así lo ha manifestado Cristina Bernal Bustos, de la parroquia Santo Tomás Apóstol de La Pintana, quien junto a Milton, un seminarista, están ad portas de culminar la preparación de 15 jóvenes que recibirán el sacramento de su confirmación. Ellos han encontrado “el amor, la ternura, son bien tratados, bien recibidos, son parte de nosotros, aunque no van a ser la catequesis en nuestra parroquia, sino en un centro abierto del Hogar de Cristo ubicado en San Gregorio, vamos nosotros a preparar los encuentros. Yo la manualidad no la tenía mucho, y Milton me ha enseñado cómo se trabaja en cuanto a eso; mostrarles a los chiquillos, desde cómo se hace un mono hasta hacer una velita en diferentes cosas. Entonces ha sido muy hermoso este año pastoral. Ha sido fantástico, lleno del amor de Dios”.
Como cada jueves, Jaime Maturana se reúne con jóvenes y adultos, dando vida al “Coro de la Inclusión”. Una agrupación fundada en 2013 y que surge como una forma de transmitir un mensaje de esperanza, a través de la música. El sufrió bullying cuando niño, entonces una de las motivaciones más significativas que tuvo para forjar este coro fue generar “una conciencia entre toda la comunidad, toda la humanidad, que tiene que existir un respeto entre todos, somos todos iguales ante los ojos de Dios, aquí no hay nada que distinga, ni raza, ni color, ni situación de discapacidad. Como yo soy músico, profesional, cantautor, tengo esta herramienta, este don que me dio Dios como para poder trabajar con los chicos y nada de esto existiría si ellos no tuvieran tanto compromiso, cuando tenemos tantas ganas de querer dejar el mensaje en un escenario, cuando gritamos al mundo de inclusión y queremos que eso realmente sea un concepto que se tenga todos los días”.
Sandra, quien realiza catequesis para personas con discapacidad en la parroquia Santa Filomena de Recoleta, busca integrar a personas con necesidades especiales en la comunidad de catequesis. Enfatizó la necesidad de salir al encuentro de las personas en sus lugares de residencia, colaborando con Fundaciones Coanil para preparar a niños y sus familias para el sacramento. Reconoció la escasa formación en catequesis inclusiva y abogó por fomentar la capacitación de todos los agentes pastorales.
Tras su intervención, instó a los catequistas a salir de su zona de confort, subrayando que la actual integración a grupos de catequesis debe evolucionar hacia una verdadera inclusión: “Queremos que todas las personas que tienen necesidades especiales puedan pertenecer a estas comunidades de catequesis, ya sea juveniles, niños y adultos y que pierdan ese miedo de no tener herramientas para poder hacer esta catequesis inclusiva. Hoy día entregamos mucho material, vamos a seguir formando a los catequistas para que puedan hacer una bonita gestión y para que esta comunidad siga creciendo”, explicó.
Testimonios de fe e inclusión
El VIII encuentro de catequistas para personas con discapacidad ha sido una experiencia significativa, tanto a nivel personal como espiritual. Así lo ha manifestado Cristina Bernal Bustos, de la parroquia Santo Tomás Apóstol de La Pintana, quien junto a Milton, un seminarista, están ad portas de culminar la preparación de 15 jóvenes que recibirán el sacramento de su confirmación. Ellos han encontrado “el amor, la ternura, son bien tratados, bien recibidos, son parte de nosotros, aunque no van a ser la catequesis en nuestra parroquia, sino en un centro abierto del Hogar de Cristo ubicado en San Gregorio, vamos nosotros a preparar los encuentros. Yo la manualidad no la tenía mucho, y Milton me ha enseñado cómo se trabaja en cuanto a eso; mostrarles a los chiquillos, desde cómo se hace un mono hasta hacer una velita en diferentes cosas. Entonces ha sido muy hermoso este año pastoral. Ha sido fantástico, lleno del amor de Dios”.
Como cada jueves, Jaime Maturana se reúne con jóvenes y adultos, dando vida al “Coro de la Inclusión”. Una agrupación fundada en 2013 y que surge como una forma de transmitir un mensaje de esperanza, a través de la música. El sufrió bullying cuando niño, entonces una de las motivaciones más significativas que tuvo para forjar este coro fue generar “una conciencia entre toda la comunidad, toda la humanidad, que tiene que existir un respeto entre todos, somos todos iguales ante los ojos de Dios, aquí no hay nada que distinga, ni raza, ni color, ni situación de discapacidad. Como yo soy músico, profesional, cantautor, tengo esta herramienta, este don que me dio Dios como para poder trabajar con los chicos y nada de esto existiría si ellos no tuvieran tanto compromiso, cuando tenemos tantas ganas de querer dejar el mensaje en un escenario, cuando gritamos al mundo de inclusión y queremos que eso realmente sea un concepto que se tenga todos los días”.
María Francisca Mejías, tiene 20 años, es catequista y estudiante de Ingeniería Comercial. También se ha desempeñado en cargos de coordinación sacramental y de información y redes sociales en el equipo de Catequesis para la Discapacidad en la zona norte. Explica que su labor en la zona es buscar a las personas y hacer que se encanten con la fe, especialmente aquellas con capacidades diferentes. “Actualmente estamos en una parroquia del Salto donde eran 40 niños, hoy día tenemos un poquito más de esa cantidad, en que, al menos 10 de esos niños, tienen una condición distinta y nosotros hemos podido incluirlos en nuestro grupo. Ellos se han sentido parte de un proceso, parte de una nueva familia, se han sentido queridos y además no se han sentido discriminados. Tenemos niños con discapacidad física y también tenemos niños con alguna condición distinta cognitiva, tenemos niños con síndrome de Down, con TEA severo y el crear un nuevo lenguaje para comunicarnos con ellos es algo que le llena el alma”.