Gratitud de la Iglesia de Santiago por ordenación episcopal del obispo Luis Migone

Alegría y gratitud, eran los sentimientos que abundaban en la Catedral Metropolitana, la mañana del 1 de julio, era la Iglesia de Santiago reunida para recibir a su nuevo Obispo Auxiliar,  Monseñor Luis Alberto Migone Repetto.

Esta ordenación episcopal fue conferida por el Cardenal Celestino Aós OFMCap, Arzobispo de Santiago, acompañado por el Nuncio Apostólico en Chile, Alberto Ortega y el Obispo Auxiliar de Santiago, Julio Larrondo. 

Luego de los ritos iniciales y de la Liturgia de la Palabra, se dio paso a lo central de la celebración, el Rito de Ordenación del nuevo Obispo Auxiliar de Santiago, presentado por los presbíteros Nelson Morales y Cristóbal Calleja. 

Se leyó la Bula Papal, carta donde el Papa Francisco nombra a Luis Migone como Obispo Auxiliar para la Iglesia de Santiago, para luego dar paso a la ceremonia de ordenación. 

Por su parte el Cardenal Aós, expresó en su homilía un mensaje para monseñor Migone, aconsejándole permanecer siempre en oración y en cercanía a Jesús y su Palabra :  “El Evangelio nos atestigua varias veces, que Jesús dedicaba un tiempo  para la oración, Jesús alababa al Padre, otras veces daba gracias, otra pedía perdón no por él, si no por nosotros (…) Jesús ha sido un hombre de unidad y en una Iglesia y presbiterio dividido, usted deberá ser un hombre de unidad y concordia de corazón. Usted ha querido poner como lema episcopal, “Para que todos sean uno”, que usted sea un obispo que trabaje por la unidad en escucha, en diálogo y en consejo, hombre de unidad porque reza,  pues solo Dios puede reconciliar los corazones heridos y enemistados”, indicó el Arzobispo.

  Camino a la Ordenación Episcopal

En un clima de emoción y oración, Monseñor Migone se postró sobre el suelo, simbolizando la unión del cielo y la tierra en una súplica, mientras toda la asamblea entonaban la Letanía de los Santos, este ritual tuvo lugar luego que se hicieran la llamadas, “Promesas del Elegido”, donde el obispo electo manifiesta su voluntad de ser parte del colegio de obispos y jura fidelidad Dios y a la Iglesia.

En acto seguido el Cardenal Aós junto al Nuncio Apostólico Alberto Ortega y el Obispo Auxiliar de Santiago, Julio Larrondo, impusieron sus manos sobre la cabeza de Migone, conforme  a la antigua tradición de la Iglesia para invocar al Espíritu Santo.

Luego el Arzobispo le ungió la cabeza con el Santo Crisma, signo del Sumo Sacerdocio, para luego entregarle el Libro de los Evangelios, con el mandato de anunciar la Palabra de Dios.

A continuación monseñor Migone, recibió las llamadas insignias propias de los obispos: el anillo, signo de fidelidad a la Iglesia; la mitra, que significa la santidad de vida y el báculo que simboliza la misión de cuidar del rebaño, que el Espíritu Santo le ha encargado guardar, como pastor de la Iglesia de Dios. 

Con el saludo de la paz, los obispos presentes saludaron a su par Monseñor Luis Migone Repetto, revestido como nuevo Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago, quien estaba muy agradecido por todo lo acontecido, por el cariño y afecto recibido: “Hoy quiero compartir con ustedes algo esencial en mi vida, para que todos demos gracias a Dios, como la Virgen María lo hizo en el Magnificat, a quien hoy encomiendo este nuevo ministerio, aprendí a orar en el seno de mi familia, inmerso en un ambiente cálido de amor incondicional y gratuito (…) desde muy pequeño busqué espacios de silencio y soledad movido por un deseo de búsqueda de sentido e intimidad con Dios”, expresó Migone.

Finalmente el nuevo obispo recorrió la asamblea impartiendo la bendición a todos los presentes, entre ellas su madre y su tres hermanas, quien no daba más de la emoción por todo lo vivido en esta ceremonia: “Me siento profundamente agradecida, de la familia que tenemos,  de mi hermano que es una bendición tenerlo”, señaló Yolanda Migone, a lo que su hermana Orieta emocionada agregó, “es una bendición para toda la familia, admiro mucho a  Luis”.

La ceremonia de Ordenación Episcopal, concluyó con la consagración a María del nuevo obispo y con la bendición final, que fue seguida de una gran aplauso de gratitud y alegría de toda la Iglesia de Santiago, para su nuevo pastor.