Cardenal Aós presidió liturgia de la pasión en la comunidad Los doce Apóstoles de La Granja

Postrado boca abajo en el suelo, por más de dos minutos, el Cardenal Celestino Aós, hizo oración para dar inicio a la liturgia de la pasión, en la capilla Sagrado Corazón, de la parroquia Los Doce Apóstoles, ubicada en la Granja, la tarde del 7 de abril, Viernes Santo, donde se conmemoró la muerte de Jesús en la cruz. 

 Presidió esta liturgia junto al párroco de la comunidad Jonathan Muñoz y el diácono Patricio Navia, quienes lo acompañaron en esta oración, postrándose también, simbolizando la humildad, penitencia y súplica, frente a Jesús crucificado.

 Luego de las lecturas del día, el Cardenal Aós, invitó hacer oración y permanecer firmes en nuestra fe, que es también la fe de la Iglesia: “Este es el momento de presentarle y ofrecerle nuestros dolores, sufrimientos y problemas a Jesús, es el momento de pedirle a él que está muerto, que parece que no puede nada, pero lo puede todo (…) Acerquémonos a Jesús crucificado, hablemos con él,  escuchemoslo  y obtendremos misericordia, por eso rezamos una y otra vez, el Señor tenga piedad, nos bendiga y haga brillar su rostro sobre nosotros”, expresó el Arzobispo, en su mensaje de Viernes Santo.

 Entre las asistentes a esta liturgia, estuvo la hermana Benita Castellanos, religiosa de las misioneras de Jesús, María y José, quien expresó que como país una de las cruces más grande que tenemos, es la delincuencia, unos de los dolores que pone hoy, a los pies de la cruz, es la inseguridad que se vive en esta población: “La gente tiene miedo y no sale. Había una cancha acá cerca, donde las señoras se reunían para hacer deporte y ahora está vacía, el miedo nos impide hacer muchas cosas buenas, para nuestra sociedad”, expresó la religiosa.

 Asimismo agregó que, es un tema país, pero también de nuestra Iglesia, donde tenemos que cambiar la forma de hacer las cosas: “No podemos estar encerrados en los templos y los sacramentos, que está bien, pero hay que hacer conciencia a los agentes pastorales, a que tenemos que salir, acompañar y hacer misión”, precisó, asintiendo la invitación del Cardenal Aós, de llevar a todo el mundo, la noticia de la redención.

 El Arzobispo enfatizó que Jesús con su muerte ha cambiado todo, todo el mundo, toda la cristiandad y toda la creación:  “Estamos redimidos y nosotros somos enviados a proclamar y llevar al mundo la noticia de redención (…) llevar el mensaje de la esperanza, de la salvación y decir  que el amor, aunque parezca mentira, es más fuerte que la violencia, que la lujuria, más fuerte que la corrupción, que nosotros con el amor, podemos hacer de Chile un mundo mejor”. 

  ¡Me ocupo de ti!: El ejemplo de José de Arimatea

 Cada uno de los asistentes a este liturgia de la Pasión de Jesús, recibió un corazón, con la frase ¡Me ocupo de ti!, se invitó a los presentes a intercambiar este mensaje, como un compromiso de ser como José de Arimatea, quien se ocupó del cuerpo de Jesús, sin importar las represalias, cedió su sepultura nueva, para el cadáver de Jesús. 

 Para Amadora González, de la parroquia  Los doce Apóstoles, una de las cruces grande que tenemos como país es la división, un ambiente muy hostil desde los políticos,  pasando por toda nuestra sociedad, ella cree que debemos seguir el ejemplo de José de Arimatea, para hacernos cargo de esta realidad: “Comprometerme a que me voy a ocupar de ti, no sólo preocuparme, como cristiano debemos hacerlo, debemos  estar con el que sufre, con el que pasa necesidades. Acá en el sector nuestro hay mucha hambre, gente sin trabajo, que no le alcanza para comer, tenemos como comunidad cristiana una tremenda misión y junto con lo material, llevar también la escucha”, precisó la agente pastoral.

 Finalmente, se instaló la cruz en el altar para su adoración, enunciado la frase ¡Este es el madero de la cruz, venid y adoremos la Cruz! Y los asistentes comenzaron a pasar frente a ella, arrodillándose y haciendo oración.