Clero de Santiago renovó sus promesas sacerdotales en eucaristía de Jueves Santo

Consagrar el Santo Crisma, bendecir los Santos Óleos y renovar las promesas sacerdotales, fue el propósito de la tradicional “Misa Crismal 2023”,  que se realizó la mañana del jueves 6 de abril en la Catedral Metropolitana, convocando a la gran mayoría del clero, que camina en la Iglesia de Santiago.

 Esta eucaristía fue presidida por el Cardenal Celestino Aós y concelebrada por alrededor de 400 sacerdotes, perteneciente al clero diocesano y a representantes de congregaciones religiosas, presentes en la arquidiócesis.

 A partir del Concilio Vaticano II,  la Misa Crismal es la oportunidad de renovar las promesas sacerdotales y por eso acuden a ella, la gran mayoría de sacerdotes de la diócesis, para cumplir con esta misión.

 Así lo hizo Rodrigo Magaña, párroco de San Carlos Borromeo, templo ubicado en Puente Alto, quien estaba muy contento de participar de esta eucaristía, donde, en comunión con sus hermanos sacerdotes, reafirmó su vocación de ser constructor del Reino de Dios: “Somos un grupo grande de presbíteros, que en nuestras pobrezas y con nuestros talentos, dijimos sí nuevamente, estamos dispuestos. Pues la necesidad de amar y ser amado, es la misma que hace 18 años cuando me ordené sacerdote, pues esa es la novedad del Evangelio, que no lo vence ni la muerte, ni el dolor, ni los problemas”, expresó Magaña.

 Por su parte el Arzobispo Celestino Aós, valoró el rol que tienen los sacerdotes de Santiago, enfatizando que no es una misión exenta de problemas y dificultades: “Dios te pone en el presbiterio para que hagas mucho bien,  somos  el presbiterio de Santiago, estamos en la oscuridad, pero hay sacerdotes que con sus palabras y comportamiento son luz, estamos en la violencia, pero hay hermanos sacerdotes que son pacíficos y constructores de la paz (…) estamos en un tiempo donde muchos buscan su propia realización personal y familiar, pero hay sacerdotes que están disponibles a lo que Dios les vaya manifestando”, expresó el Cardenal, en su homilía de Jueves Santo.

 Renovación de las promesas sacerdotales del Clero de Santiago

 Luego de la homilía, el Cardenal Celestino Aós, invitó a los sacerdotes presentes a renovar su compromiso presbiteral, a seguir siendo fieles a su ministerio, renovar su consagración a Cristo y dedicación a la Iglesia de Santiago.

 En la oportunidad, el Arzobispo expresó también que hay entre ellos, muchos sacerdotes admirables, "dispuestos a servir donde se les encomienda, hay sacerdotes que se ocupan de los pobres, de los migrantes, enfermos y encarcelados. Se me vienen nombres de personas concretas ¿En qué sacerdotes admirables piensas tú? Agradezco a Dios y a ellos por su ministerio, porque me demuestra que vivimos tiempos buenos para la fe y el amor, para caminar juntos a otros sacerdotes, diáconos y laicos, que hermoso y rico, es el grupo que tenemos en la arquidiócesis”, señaló con alegría. 

 Parte de esta iglesia diocesana, es el padre Lorenzo Maire, de origen francés, quien ejerce su ministerio en la comuna de Lo Espejo : “Soy sacerdote hace 59 años y hoy renuevo mi compromiso de seguir siendo fiel al que me llamó, cuando tenía 7 años y me llamó a la consagración en 1964. Intentó seguir un poco más, mientras la salud me acompañe, celebro todos los días y visito a personas más necesitadas que yo”, expresó Maire, agregando que hay que permitir que la Iglesia evolucioné, “encarnar a Jesús de Nazareth y no postergar ni rechazar a la mujer”.

 La profesora Zoila Díaz, coincide con el padre Maire, respecto al rol de la mujer en la Iglesia y valoró que esta misa de Jueves Santo, fuera guiada por dos mujeres: “Tenemos que rezar por nuestros sacerdotes y estar al lado de ellos, pues son seres humanos débiles como nosotros, el problema que algunas veces los endiosamos. Son hombres con pies de barro y necesitan del cariño y el apoyo de los laicos, sobre todo de las mujeres, la iglesia está aprendiendo a ser más inclusiva”, indicó Díaz.

 Finalmente, el Arzobispo de Santiago bendijo los Santos Óleos para los catecúmenos y enfermos, asimismo consagró el Santo Crisma, para ungir a los nuevos bautizados, confirmados y ordenados sacerdotes.