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Domingo 29 de mayo de 2022

Monseñor Aós: “Por la gracia del Señor, vamos transformando nuestra vida”

Junto a la comunidad parroquial de la Ascensión del Señor en Pudahuel, el Cardenal Arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, celebró la solemnidad que lleva el mismo nombre de esta parroquia y que se desarrolla cuarenta días después de la resurrección del Señor.

Fotos: Héctor Landskron

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Desde temprano, las cuatro capillas y la sede parroquial de la Ascensión del Señor en Pudahuel, se preparaba para recibir la visita del Cardenal Arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, quien celebró esta solemnidad, y que es motivo de celebración, por ser la fiesta patronal de esta comunidad.

En su mensaje, el Arzobispo de Santiago reflexionó sobre el significado de este acontecimiento en la vida de los apóstoles y para los primeros cristianos, indicando que “ese Jesús que asciende al cielo y vuelve a la gloria del Padre, es el Jesús que se arrastró por el suelo, camino al calvario, que se llenó de sangre, polvo, de escupitajos, porque lo rechazamos por nuestros pecados. Ese, que rechazamos, no solamente era inocente, sino que era el hijo de Dios. Nosotros matamos al hijo de Dios con nuestros pecados, porque su historia nos implica y que no es una historia más de héroes, sino que la gente se convierte y entiende que algo tenemos que ver con Jesús”.

Más adelante, monseñor Aós subraya que “mi vida, la suya, ha sido creada por Cristo y para Cristo”, para luego añadir que “El es el Señor de los vivos y de los muertos. Por eso, es la fiesta grande del Señor, la que corona toda su estadía en la tierra, su obra de salvación. Pero al mismo tiempo es nuestra fiesta, porque ese Cristo había sorprendido un día a los apóstoles, gente sencilla, y un día Él les dice que son la luz del mundo, la sal de la tierra”.

Finalmente, recordó que la ascensión de Jesucristo al cielo, en presencia de sus discípulos fue la señal para anunciarles que les enviaría el Espíritu Santo, nutriendo de certezas a sus hijos e hijas, a lo largo de estos siglos, a través de la Iglesia. “Cristo es la cabeza de la Iglesia y donde está la cabeza está el cuerpo, que somos nosotros. Se ha dicho la Liturgia y en el prefacio. Además, es día de fiesta y es motivo de esperanza para nosotros, porque nosotros somos luz del mundo, sal y levadura. Porque cada uno de nosotros va transformando el mundo, no porque salgamos en masa, sino porque cada uno de nosotros, por la gracia del Señor, vamos transformando nuestra vida”, puntualizó. 

Al finalizar la Eucaristía se entregaron diplomas a los jóvenes que integran la pastoral de La Ascensión del Señor, como un reconocimiento e incentivo para permanecer en las actividades de servicio y se brindó un pequeño presente a los catequistas, quienes celebraron su día este fin de semana, en la Arquidiócesis de Santiago.

Destacado compromiso de los fieles 

Ubicada a un costado del municipio de Pudahuel, en la Zona Oeste de la Arquidiócesis de Santiago, la parroquia La Ascensión del Señor tiene más de cincuenta años y une a los fieles de las comunas de Lo Prado y Pudahuel. “Somos cinco comunidades: la parroquia, más cuatro capillas, donde hay participación activa de todos sus fieles. Hay diáconos que acompañan a cada comunidad, al igual que el párroco. Entonces, somos una parroquia bastante viva. Siempre hay celebraciones litúrgicas o misas, en que siempre celebramos con la gente, haciendo un equilibrio con el párroco, prestando apoyo a través de la liturgia de la palabra, explicó Francisco Barahona, diácono.