Sábado 28 de mayo de 2022
"Quien se compromete en la evangelización, reconoce la urgencia de la educación"
La segunda jornada del 27.º Congreso Interamericano de Educación Católica inició con la celebración de la Eucaristía, presidida por Mons. Alberto Lorenzelli, salesiano, obispo auxiliar de Santiago de Chile responsable del comisión de educación de la Conferencia Episcopal de Chile, con el acompañamiento del coro del Colegio Salesiano Ángela Segovia de Serrano.
Nos educamos juntos
A propósito del texto del Evangelio de este día, sobre la curación del ciego Bartimeo, Mons. Alberto recordó que “entre los valores indispensables para reconstruir un pacto educativo, parece importante detenerse en el valor de la relación educativa”, afirmando que “la pedagogía actual subraya que nos educamos juntos y que educar más que transmitir un saber es construir la vida”. Citando a Paulo Freire, señaló que “nadie educa a nadie, nos educamos juntos”, refiriéndose –como también lo hizo el Card. Carlos Aguiar, durante la Eucaristía inaugural del Congreso–, a la idea de que “la educación no consiste tanto en transmitir, sino en construir juntos: una vida con sentido, la felicidad, las respuestas a las preguntas fundamentales”.
“La educación es el gran reto que la cultura actual lanza a aquellos que creen en el ser humano y en su dignidad”, continúo el obispo chileno, afirmando que “quien se compromete explícitamente en el ámbito de la evangelización, reconoce la urgencia de la educación”.
Seis estrategias operativas y tres actitudes fundamentales
Al referirse a las implicaciones de educar en estos tiempos, desde una perspectiva integral, el prelado señaló seis estrategias operativas: “educar para ser protagonistas; educar en valores; educar a la libertad responsable; educar a profundizar en las preguntas; educar a una vida comprometida y educar a la esperanza”. De igual forma, propuso tres actitudes fundamentales para generar esperanza en vida de los jóvenes: acoger, escuchar y acompañar.
“¡Que hermosa es la vocación del Educador!”, exclamó Mons. Alberto Lorenzelli al final de su homilía, recordando, como decía San Juan Bosco, que “educar es cosa del corazón”.