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Artículo

Viernes 6 de mayo de 2022

Extraordinarios: María Hortensia Vera y Carlos Lagos

Presentamos aquí a dos personas que destacan en distintos aspectos de la vida cristiana y el servicio a los demás, que mes a mes presentamos en esta sección del periódico Encuentro.

Fotos: Camila González y Nibaldo Pérez

Periodista: Danilo Picart

María HortensIa Vera (83 añoS), Pastoral de enfermos, Parroquia Madre de la Divina Providencia, Puente Alto.

Mi vínculo con la fe surge por mi padre. Nací en Llolleo y con él íbamos a misa todos los domingos. Fue algo que sin darme cuenta me motivó a seguir en este camino.

A los 47 años me vinculé a la Parroquia Madre de la Divina Providencia y llevo en este lugar 36 años. Recuerdo que las charlas de Caritas me motivaron mucho para llegar al lugar en el que estoy. Una de las pastorales que ha llenado más mi vacío ha sido la Pastoral Carcelaria. Estuve diez años acompañando espiritualmente a los internos en Puente Alto, en el penal de hombres. Si bien el inicio fue con dificulta- des en mi casa, porque era peligroso y por mi edad, estuve convencida de que nunca me iba pasar nada. A veces llegaba al penal en Puente Alto con cuatro o cinco personas y otras veces entraba sola. Me ponía a conversar con los chiquillos —los internos— y querían que cantara con ellos. Rezábamos el rosario con mucho entusiasmo dentro de la cárcel.

Luego estuve en la pastoral de Ayuda Fraterna y teníamos que ir a visitar a distintas familias, con historias que te parten el alma, que solo querían pan. Entregábamos dulces y luego catequizábamos a las mamás, les hablábamos del Señor. Actualmente estoy en la Pastoral de Enfermos, porque no solamente hay enfermos físicamente, también los hay que viven una vida muy mala.

En una oportunidad fuimos a visitar a una señora que vivía en un garaje, en condiciones inhumanas. Alcanzamos a volver a visitarla una o dos veces más, pero después nos enteramos que el Señor se la llevó.

Asisto fielmente a misa, a las celebraciones litúrgicas y a la Adoración Eucarística en mi comunidad. Con todas estas experiencias me han hecho sentir querida y respetada; mis pilares son Cristo, por un lado, y la Virgen por otro. Me afirmo en uno o en otro lado cuando hago estas misiones. También me pongo a pensar en cómo me ama el Señor, por la cantidad de personas que se acercan a ofrecerme traslado cuando estoy lejos de casa. Por eso digo “Señor, nunca me cansaré de darte gracias y mientras tenga pies, no me cansaré de alabarte e ir a tu casa con mis hermanos”.

Carlos Lagos (39 años), artista religioso y creador de @mifeencolores.

Siempre me llamaron la atención el arte y el color, desde niño. Soy de Chillán, crecí en una zona de campo y en el colegio siempre estuvo mi interés artístico ligado a lo religioso. Fui seminarista durante mucho tiempo y el arte se fue acentuando cada vez más. Lo hacía para mí, para mi comunidad, para compartir ideas, para los encuentros con los jóvenes, y me di cuenta que era una forma de expresar mi fe con el color, la belleza y la alegría.

Un día, pintando un cirio, alguien me dijo que estaba quedando demasiado colorido. Yo respondí “es que mi fe es en colores”. Así surgió mi actual proyecto, denominado “Mi fe en colores”. Luego comencé a ofrecer mis productos: pronto esto se hizo parte de mi vida y una forma diferente de aportar con la evangelización en la Iglesia.

Creo que todo lo que se termina plasmando en una obra de arte, en una artesanía, nace de una experiencia de encuentro con Dios. No hay nada hecho en serie. Cada cruz, cada detalle está pensado según el impacto que puede producir el encuentro con Dios y con el otro. Se transforma en algo más allá de lo económico: en un regalo y una forma de encuentro entre hermanos. Es una experiencia que se enriquece de otra experiencia.

Me gusta mucho ver todo tipo de arte religioso. Pienso que el tesoro espiritual de los religiosos lo podemos cultivar como laicos. Forma parte de la vida de la Iglesia y eso es muy bonito. Colegios, comunidades religiosas y sacerdotes me han pedido materiales. Entre las cosas que más me han marcado recuerdo a una señora que me pidió una imagen de la Virgen de la Dulce Espera, porque estaba embarazada y había esperado hace mucho tiempo. Tenía muchas dificultades en su gestación y anhelaba mucho que llegara su hijo. Al final, ella misma vino a un control a Santiago, le entregué la imagen de la Virgen y fue muy bonito, porque se formó un vínculo que hasta hoy está presente.

Esto habla de una presencia de Dios. A través de un elemento tan sencillo como una imagen puedes acompañar la vida de otros y de quienes están por nacer. Para mí de verdad ha sido una de las cosas más bonitas que me han pasado en este caminar.

Es lindo pensar que a través de un cirio pascual se esconde el signo de que somos hermanos. Que alguien te elija para construir estos signos pascuales para mí es una emoción muy grande y un regalo enorme, por el impacto que Dios produce gracias al talento que Él ha puesto en tus manos.

¿Conoces a alguien en tu comunidad parroquial a quien quieras destacar como un “Extraordinario”? Envíanos tu historia o testimonio a comunicaciones@iglesiadesantiago.cl