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Sábado 30 de abril de 2022

Conmemoran 40 años de la Pascua del Obispo Enrique Alvear

La eucaristía se realizó en la parroquia San Luis Beltrán, donde desde 2008 descansan sus restos. El Papa Francisco visitó el recinto cuando viajó a Chile el año 2018.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Carolina Jorquera

Más de 100 personas llegaron el viernes 29 de abril hasta la parroquia San Luis Beltrán, en la comuna de Pudahuel, para conmemorar el aniversario número 40 de la Pascua de monseñor Enrique Alvear Urrutia, conocido como el "Obispo de los pobres", cuya causa se encuentra en proceso de canonización en la Santa Sede.

La eucaristía de acción de gracias se realizó en esta parroquia de la Zona Oeste, donde descansan sus restos. Fue presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago Julio Larrondo, junto al vicario zonal, Manuel Carmona, y el asesor eclesiástico de su causa de canonización, padre Fernando Tapia, entre otros sacerdotes,vinculados a la vida y obra del obispo, quien mantuvo férreo compromiso con la defensa de los derechos humanos durante la dictadura.

Monseñor Larrondo señaló en su homilía que el Obispo Alvear encarnó una Iglesia de salida, una Iglesia que caminó con otros, los más vulnerables. “Hay rasgos de don Enrique que pueden ayudarnos a iluminar este tiempo que nos toca vivir. Destaco en él su cercanía a Jesús. Don Enrique rezaba permanentemente (…) el Evangelio le daba fuerza para su vida y para salir al encuentro de las personas y así, al igual que hemos leído en el evangelio, solía encontrarse con los pobres, con los sencillos, con los que tenían hambre, y compartía con ellos, acercándose y estando en medio de ellos" , recordó.

"He venido para ser tu voluntad"

Una gran fotografía y el bastón episcopal de don Enrique Alvear estuvieron visibles durante la misa. Son signos de su vida que, junto con su tumba, se han convertido en un santuario para muchos feligreses. Así relata la secretaría de la parroquia San Luis Beltrán, Evelyn Pérez.

"Las personas que se acercan a rezar a su tumba son principalmente madres que conocieron a don Enrique  y ahora le piden por sus hijos. Además, viene gente de comunas lejanas a conversar con él. Fue un sacerdote que siempre ponía oreja a los problemas de las personas e intentaba darles solución por el camino de Jesús", relata.

"La gente es muy devota y cuenta muchas historias de don Enrique durante los tiempos difíciles. Él era la cara visible del trabajador, del pobre y del campesino” añade.

Otro testigo de la obra y vida de monseñor Alvear es el padre Fernando Tapia, quien lo conoció personalmente. “La frase de don Enrique que me quedó para toda la vida, en la que él  citaba a Jesús, es: '¡Oh, Señor yo he venido para ser tu voluntad!' Y eso lo reflejaba a él mismo.  Fue quien me ordenó   sacerdote y viví con él cinco años. Fue un regalo conocerlo y cuando tengo una dificultad siempre me pregunto qué haría don Enrique en mi lugar.  Una de esas respuestas es la oración. Siempre admiré su forma de oración diaria: dos horas de encuentro con Jesús en las que encontraba  las respuestas a sus dificultades” rememora.

La eucaristía culminó con una oración comunitaria ante la tumba de monseñor Alvear. En ese momento los asistentes, dieron gracias y pidieron a viva voz la intercesión del obispo de los pobres en sus vidas y en la realidad actual que vive nuestro país.