Zona Oeste inicia su año pastoral, con la mirada puesta en el legado de don Enrique Alvear

El sábado 2 de abril, agentes pastorales de las parroquias y comunidades de los siete decanatos que conforman esta histórica zona, se reunieron desde temprano en la parroquia San Luis Beltrán, en Pudahuel. Desde este histórico lugar, donde descansan los restos del "obispo de los pobres" monseñor Enrique Alvear, laicos, jóvenes, religiosas y sacerdotes que representan a las diferentes comunidades de la Zona Oeste, vivieron juntos la Jornada de Inicio de Año Pastoral Zonal 2022.

El encuentro fue guiado por el Padre Manuel Carmona, Vicario de la Zona Oeste y la secretaria ejecutiva de la zona, Patricia Catalán, quienes dieron gracias por todo lo vivido durante el tiempo de pandemia e instaron a poner en manos de Dios los proyectos para este nuevo año, de la mano de la carta que el Arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, ha entregado a la arquidiócesis. Se trata de criterios, acentuaciones discernidas, orientaciones sentidas por toda la Iglesia que marcarán el caminar sinodal de comunidades parroquiales en este tiempo, y que permitió reflexionar sobre los desafíos, a la luz de las acentuaciones de la Iglesia de Santiago y que propone tres prioridades: “la centralidad en Jesucristo y la urgencia de los cambios”, “la corresponsabilidad laical y el rol de la mujer”, y “los jóvenes”.

Diálogo e invitación a profundizar en las prioridades pastorales 

Para ello, se dividieron en grupos y aportaron con ideas para concretar este nuevo proceso en la Zona Oeste. Este ejercicio tuvo como punto conclusivo un diálogo fraterno con el arzobispo quien dialogó de forma franca con los agentes pastorales, religiosas y sacerdotes de la zona. En su presentación, tomó como referencia el legado espiritual y social de don Enrique Alvear, a 40 años desde su pascua. “En la vida espiritual tenemos que cuidarnos porque es una de las tácticas que usa el diablo para despistarnos, amargarnos y desconsolarnos” y posteriormente añadió: “Nos hace cristianos encontrarnos con Jesús, quien nos ama y muere por nosotros. San Pablo, resume todo lo que ha sido su vida y monseñor Alvear, también. Por eso, son modelos nuestros. La vida de monseñor Enrique no se entiende sin la oración, era un hombre que celebraba con fe”.

Luego de este momento, los fieles anotaron en mini letreros sus esperanzas y sueños para este año pastoral, los cuales fueron depositados a los pies de la tumba, de don Enrique Alvear, para que él interceda ante Dios, por esta zona episcopal. 

Desafíos para las pastorales de la Zona Oeste

Sor María Gabriela, religiosa Ursulina de la Unión Romana, trabajó muchos años como asesora de la pastoral del Adulto Mayor. Por su congregación, reside en Austria, y desde hace unos meses, está junto a su familia en Chile, donde el pbro. Oscar Marín, de la parroquia Jesús de Nazareth, le pidió acompañar a las comunidades de Estación Central. “Estoy encantada, estoy fascinada, por lo que escribió el Cardenal. Esto de que se cambien los puestos, porque las personas se atornillan y pelean porque quieren seguir en el poder. Cristo vino para acompañar y estar con las personas. Estamos luchando por Cristo y queremos que la Iglesia resurja entre las cenizas. Hay que reencantar a la gente y eso es lo que tenemos que hacer”. 

Lorenzo Miranda, es ministro de comunión y acompaña a la comunidad parroquia María Misionera, Maipú. “Esta instancia de encuentro, de hacer comunidades, es importante. Tenemos que reencontrarnos para juntos encontrarnos con Cristo y vivir juntos este desafío. Durante dos años hemos estado apartados de los encuentros pastorales y esto nos ayuda a vivir en comunidad, a renacer como comunidad. En la parroquia tenemos el desafío con que la gente se encuentre, asista a las comunidades, romper el temor de la pandemia e ir en ayuda de nuestros hermanos”. 

Taís García, es agente pastoral de la capilla Santa Teresa, en la parroquia Santa María del Sur, Pudahuel. “Me encantó el hecho que nos convocaran a todos y que nos presentaran la carta de don Celestino. En este encuentro me tocó compartir con un grupo que hablaba precisamente de los jóvenes. Me gustó la importancia que nos dieron, como jóvenes, porque vemos cómo se está desmotivando la juventud. Que presenten este proyecto, nos escuchen y juntos, veamos desde otras perspectivas, me parece bueno, porque se propusieron hartas cosas que servirán para renovar la Iglesia”.