Lunes 14 de marzo de 2022
Primer retiro del Clero del año invitó a ser verdaderos discípulos de Jesús
El encuentro fue guiado por monseñor Ricardo Morales, Obispo de Copiapó, quien sostuvo que “la invitación que tenemos siempre todos los sacerdotes y religiosos es buscar nuestra fuente en el Señor, que es el único que nos sostiene en la misión”. Y añadió que “podemos hacer muchas cosas, pero, si no las hacemos desde Cristo, estamos siendo funcionarios y no verdaderamente discípulos”.
Entre el 6 y el 11 de marzo se desarrolló en la Casa de Espiritualidad Loyola, el tradicional retiro que la Vicaría para el Clero organiza en el primer trimestre del año para que los presbíteros tengan un tiempo de reflexión, encuentro y oración.
Fueron seis días en los que los sacerdotes pudieron dejar sus actividades habituales para detenerse, meditar, orar y compartir fraternalmente con otros sacerdotes de forma presencial, a diferencia del año pasado, cuando el retiro se tuvo que hacer en formato virtual por la pandemia.
Según monseñor Ricardo Morales, quien guió este encuentro, la intención fue “invitar a los hermanos sacerdotes a encontrarse con Jesucristo desde la Palabra de Dios, y en ese encuentro suscitar una adhesión a la persona de Jesús, experimentar la vocación, la llamada, la pertenencia a él y desde esa mirada la misión a la que somos invitados todos”.
Tiempo de introspección y de ponerse “en las manos del Padre”
Para el padre Michael Javier Duarte, sacerdote nicaragüense que lleva cinco años en el país y siete de ministerio, “ha sido una experiencia de renovación interior”. “Ha sido una experiencia también de animar, poder retomar la fuerza y continuar con el ejercicio tanto de mi labor como párroco y como de sacerdote. Siempre es bueno el tiempo que uno dedica a cuidar la vida espiritual sacerdotal, porque precisamente estamos encargados de velar por aquellos encomendados, pero en este momento toca mirar hacia uno mismo, cómo está viviendo su espiritualidad, cómo está llevando a cabo su ministerio y cómo también está cultivando su relación con Cristo”, añadió.
Por su parte, el padre Jorge Solís, quien cumple 23 años de sacerdocio este 2022, destacó especialmente la liturgia penitencial que se realizó en el retiro y afirmó que lo que más lo marcó de esta semana fue el “profundo llamado a la conversión en ponernos delante del Señor, con todas nuestras deficiencias y también con todos nuestros deseos de ser mejores pastores. Pero, sobre todo, buscar hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas frente a toda la situación que estamos viviendo como humanidad, como país, como sociedad y como Iglesia. Y donde no siempre tenemos claridad en lo que tenemos que hacer. Pero sí, el gran llamado ha sido ponernos en las manos del Señor”. Luego agregó: “Queremos muchas veces tener todo bajo control y el llamado de este retiro ha sido realmente ponernos en las manos del Padre”.
Por último, el padre Andrés Moro, agradeció especialmente a los jesuitas por prestar la casa de espiritualidad Loyola y destacó que “para los sacerdotes que venimos a este retiro anual en marzo, ha sido un regalo muy grande poder volver a la presencialidad, a compartir las reflexiones en forma profunda”.
“Hemos tenido espacios de silencio, de fraternidad, reconciliación, eucaristía y nos vamos con el corazón profundamente desafiado a, como nos invitaba el padre Ricardo Morales, ser discípulos de Jesús. Ese ha sido el núcleo del retiro estos cinco días y que en forma particular a nosotros nos lleva a nuestra vocación como sacerdotes”, concluyó.