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Artículo

Lunes 7 de marzo de 2022

Extraordinarios - Miguel Huerta

Miguel es acólito de la parroquia Santa Sofía, de los padres Barnabitas, en Santiago.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Danilo Picart

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Desde muy pequeño viví con mi abuela materna. Ella murió en 1999 y me trasladé desde San Fernando a Santiago. Me quedaba en la hospedería Padre Lavín del Hogar de Cristo, en 2010, el año del terremoto.

Tengo 35 años y llevo 27 de acólito. Todos los días llego a las cuatro y media de la tarde y los domingos a las diez de la mañana, para preparar las cosas para la Eucaristía, el misal, la Palabra, el altar, las hostias y el vino.

Entre los demás acólitos nos turnamos para venir a misa. Soy el mayor, por edad, y pese a que tengo un problema de lenguaje y trastorno de la personalidad, sirvo a Dios, ofreciendo mi historia.

Recuerdo que mi primera vez sirviendo en el altar fue en San Fernando, con un sacerdote llamado Fernando Armijo, quien ya falleció. Él fue el primero que me propuso ser acólito y me enseñó todo. Quise asumir este rol para conocer a más personas y estar en una comunidad. Así fue como conocí la comunidad de Santa Sofía, de los padres Barnabitas, luego de una misa de sanación. En esa oportunidad, un diácono me invitó a acolitar y conocí al párroco, el padre Danilo Almarza, quien me invitó a brindar mi servicio a la comunidad. Desde ese momento estoy muy comprometido y aferrado a mi parroquia.

Al principio era muy tímido y hoy soy más abierto. Cuando me preguntan qué fue lo que cambió en mí, respondo siempre que ha sido el Señor y nada más. Gracias al servicio del altar he descubierto cosas maravillosas, como aprender más de las Escrituras. Desde mi rol como laico, la oración ha sido fundamental para vivir este tiempo de pandemia y la adoración al Santísimo ha estado siempre presente. Aquí en Santiago hace falta harta oración.

Ruego a Dios estar toda la vida dedicado a ser acólito, aunque uno propone y Dios dispone.

¿Conoces a alguien en tu comunidad parroquial a quien quieras destacar como un “Extraordinario o Extraordinaria”? Envíanos tu historia o testimonio a comunicaciones@iglesiadesantiago.cl