El padre Jonattan Muñoz asume como nuevo Vicario de la Esperanza Joven

El padre Jonattan fue ordenado como sacerdote el año 2017, cuyo primer destino fue la parroquia Nuestra Señora de los Parrales en la comuna de San Ramón, decanato Santa Rosa Norte, donde sirvió por dos años. Luego fue trasladado a la parroquia San Gregorio, donde permaneció durante un año y medio como Vicario parroquial. Posteriormente, la Iglesia le solicitó estudiar teología pastoral en Roma, en la Pontificia Universidad Lateranense. Completando los estudios, llegó el 2021, año en que se le encomendó servir como vicario parroquial en la comunidad Cristo Resucitado en la comuna de Maipú y en marzo del presente año asumirá como párroco de la parroquia Doce Apóstoles y ahora como Vicario de la Esperanza Joven.

Para el presbítero, el sello que lo ha caracterizado durante estos años es “ser cercano con las personas, estar disponible a escucharlos, a saber sus necesidades y por sobre todo le  he pedido a Dios como una gracia, que sea la misma comunidad la que me ayude a formar como pastor”.

El nuevo Vicario de la Esperanza Joven, asegura que los desafíos se van a construir en conjunto con todo el equipo, pero “un desafío siempre va a ser el ser una ayuda efectiva para la pastoral juvenil de las distintas comunidades parroquiales, de los movimientos, de los colegios. Ofrecer herramientas que les permitan seguir creciendo, seguir haciendo fecundo el mensaje del Evangelio en la realidad local”. “Por otra parte ser puente con las comunidades, no solo para ofrecer algo, también para escuchar sus necesidades. Creo que eso debería caracterizar a la vicaría y a todos nosotros como cristianos, el aprender a escuchar lo que está pasando en la realidad concreta, me parece que por ahí va uno de los principales desafíos”, comentó.

Además, dirigió un mensaje para los jóvenes de nuestra Iglesia: “A los jóvenes de nuestra querida Iglesia de Santiago, mucha gratitud a Dios en este servicio que es para ellos. Pero también agradecerles enormemente a los que están y a los que han perseverado en las distintas comunidades a pesar de tanta dificultades. Gracias queridos jóvenes porque son el motivo de nuestras esperanza y humildemente que recordemos siempre la certeza de sabernos amados y salvados por Dios. Solo Dios nos puede permitir caminar juntos como Pueblo de Dios al servicio de la Iglesia y la sociedad. Queridos jóvenes que nada nos robe la esperan, porque nuestra esperanza está puesta en Cristo Jesús”.

Finalmente el padre Jonattan menciona, “estamos llamados como Iglesia a acompañar a que los jóvenes puedan descubrir su vocación, cuál es su llamado particular, que sea escuchanda la voz de Dios y puedan entender qué es lo que quiere el Señor para sus propias vidas, sabiendo que están llamados a construir el Reino de Dios en nuestra Iglesia y en la sociedad”.

El Cardenal Celestino Aós agradeció a monseñor Cristián Roncagliolo por su generoso servicio durante estos años, acercando el Evangelio y las enseñanzas de Cristo a la juventud.