Comunidad haitiana recordó con misa en la catedral el terremoto de 2010

El mencionado terremoto se produjo en la tarde del 12 de enero de 2010 y dejó más de 300 mil personas fallecidas, 340 mil heridos y centenares de damnificados, además de pérdidas materiales y de infraestructura.

Al referirse a este momento de oración, el cardenal Clestino Aós dijo que orar es abrir el corazón a la voz y la voluntad de Dios, que “nos habla también en los acontecimientos, en los alegres, hermosos, y en las catástrofes”. 

El terremoto de hace 12 años en Haití fue un desastre natural, que provocó tanto dolor, comentó. Y nos preguntamos, dijo, “qué debemos aprender de este desastre, qué quiere Dios de nosotros. En el infortunio aparece la cara de Dios, porque descubrimos recursos que ni nosotros pensábamos tener, descubrimos gente buena que nos ayuda. ¡Cuánta gente que en esos momentos supo abrir el corazón y tender la mano al que estaba a su lado! ¡Cuánto amor y cuánta generosidad en el pueblo hatiano!”. Y también la actitud generosa de otros países, añadió.

El Arzobispo de Santiago animó a seguir siendo solidarios con el pueblo de Haití, y a los propios haitianos residentes en Chile los invitó a ser solidarios entre ellos, a preocuparse unos por otros. Terminó su homilía con una oración para pedir la ayuda de la Virgen del Perpetuo Socorro.

Finalizada la misa, el Nuncio Apostólico expresó: “Quiero hacer presente el saludo y la cercanía del Papa Francisco, que, como saben, siempre ha estado muy cerca del pueblo de Haití, sobre todo en los momentos más difíciles, como el terremoto que recordamos hoy. Confiamos en las manos del Señor a las víctimas y renovamos con la oración nuestra cercanía con el querido pueblo de Haití”.  

Por su parte, Wedlyne Francois dijo que “la embajada recuerda este terremoto que devastó la capital haitiana  y sus alrededores. Doce años después las heridas siguen abiertas”. Recordó que ese dia fue el más oscuro de la historia del país, pero que, afortunadamente, “Haití puede confiar en la resiliencia de su pueblo, el trabajo de sus instituciones y la ayuda de muchos amigos y socios en todo el mundo, para superar la devastación causada por esta calamidad”. También agradeció al cardenal Celestino Aós “por su ayuda para hacer posible este momento de recogimiento”, y a los diplomáticos de otras embajadas por su solidaridad en estos momentos de recuerdo de la tragedia. La representante de Haití en Chile manifestó sus más profundas condolencias a las familias de las víctimas.

La misa también estuvo concelebrada por los sacerdotes Jean Gabbi, haitiano, del Departamento de Movilidad Humana del arzobispado; Álvaro Chordi, párroco de San Saturnino, parroquia del Barrio Yungay con una gran acogida a haitianos, y Raúl Bascuñán, secretario del arzobispo.