Viernes 7 de enero de 2022
Bendicen nuevas instalaciones de la casa Santo Cura de Ars
“La ampliación y este hogar establece un punto de profunda gratitud a nuestros sacerdotes, que han entregado su vida en el ministerio”, dijo monseñor Alberto Lorenzelli en la ocasión. El recinto acoge principalmente a presbíteros de avanzada edad y está ubicado en el conjunto arquitectónico de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, que es Inmueble de Conservación Histórica.
Fotos: Nibaldo Pérez
Periodista: Magdalena Álamos
Fuente: Iglesia de Santiago
“Es bueno mirar esto no como un hecho aislado, sino que como un proceso de la preocupación de la Arquidiócesis de Santiago y aún más del clero de Santiago, por la vida de los sacerdotes más maduros en edad”, dijo el padre Mario Garfia, residente de la casa Santo Cura de Ars. “Yo vivo la experiencia de tener más de 90 años y es como una aliciente y una compañía importante como respuesta de la arquidiócesis. Recibí el sacramento del sacerdocio en 1955, entonces, es muy lindo poder apreciar que esto lo valora la arquidiócesis cuidando de los sacerdotes más viejos”, añadió.
El proyecto consistió en ampliar la casa con una obra que se complementa en uso y en su morfología con el edificio existente, uno de los más destacados de la arquitectura moderna en Chile, que data de los años ‘40, y que fue declarado Inmueble de Conservación Histórica.
Carla Flores, arquitecta del proyecto, señaló que al estar protegido el inmueble, cualquier intervención tiene que pasar por aprobación previa de la Seremi, lo que fue un desafío para idear la nueva obra. “No queríamos hacer algo invasivo, queríamos hacer algo que se integrara con el entorno y, a la vez, que cumpliera con los requisitos de lo que se necesitaba”, afirmó.
Para lograr esto, se construyó un volumen de dos pisos en forma de L, que suman alrededor de 789 metros cuadrados. El espacio considera 17 nuevas habitaciones con baño privado y una enfermería, y posee accesibilidad universal (uso autónomo para usuarios de sillas de ruedas y con movilidad reducida).
Otra novedad del proyecto es que se buscó que fuera sustentable. “Tenemos cubierta verde en el techo, es decir, no tiene techumbre como los otros edificios existentes, sino que está impermeabilizado, hay una capa de sustrato de tierra, y luego plantitas. Eso hace una aislación térmica mejor en las habitaciones y también que no sea tan alto y no se imponga como el resto del conjunto”, explica la arquitecta. Además, la construcción posee un circuito de recuperación de aguas grises para su uso en el riego del jardín. Y, en una segunda fase, se incorporarán también paneles fotovoltaicos.
En la bendición, monseñor Alberto Lorenzelli, vicario para el Clero, dijo que reciben estas instalaciones con mucha alegría. “La ampliación nos permite atender mejor a los que ya son residentes, pero, sobre todo, establece un punto de agradecimiento, de profunda gratitud a nuestros sacerdotes que han entregado su vida en el ministerio, que han vivido generosamente su servicio pastoral en las comunidades cristianas. Era justo ofrecerles también a ellos lo mejor, y un lugar donde puedan estar juntos, comunicarse entre ellos, ser bien atendidos y también vivir una fraternidad en un diálogo significativo, la oración común”.
Asimismo, aseveró que la arquidiócesis está agradecida con los sacerdotes por su servicio y “por el ejemplo y testimonio que nos han dado”.
Por su parte, el cardenal Celestino Aós dijo en la ceremonia: “La ancianidad es una bendición de Dios. Todos queremos vivir y vivir, pero no llegar a ancianos. Somos vulnerables. La ancianidad nos inquieta, nos asusta, nos da miedo. Hay muchos pasajes en la Biblia en que también se recoge esto”. Entre ellos citó el Salmo 71 y recordó un fragmento del libro de Isaías, en el que habla a los israelitas: “Yo he cargado con ustedes desde antes que nacieran, los he llevado en brazos y seguiré siendo el mismo cuando sean viejos, cuando tengan canas todavía los sostendré. Yo los hice y seguiré cargando con ustedes. Yo los sostendré y los amaré”.
Luego agregó: “Y Dios cumple su palabra a través de mucha gente generosa. Es Dios quien nos está respondiendo a nosotros, que andamos preocupados, qué será de mí cuando yo sea anciano. Nos responde y nos cuida a través de los obispos y de los sacerdotes, de la Vicaría del Clero. Y, por supuesto, a través de las manos, pies, la cabeza, el corazón de estas mujeres, de estos trabajadores de la casa. Es Dios quien se preocupa y cuida de ustedes”.