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Miércoles 15 de septiembre de 2021

La enfermedad es tiempo de salvación y ejercitar la esperanza

Así lo afirmó el Arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, en la misa que presidió este miércoles 15 en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, en el día Nacional del Enfermo, Memoria de Nuestra Señora de los Dolores.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santigo

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

La celebración litúrgica tuvo por finalidad dar gracias a Dios por todo el servicio de los equipos de salud; pedir por todos los enfermos, sus familias, por los que deben tomar decisiones, los voluntarios y también por el eterno descanso de los que han fallecido durante esta pandemia. La eucaristía se desarrolló ante la imagen de la Virgen del Carmen, que el día anterior visitó el Hospital Clínico, gracias  a una gestión de las Camareras de la Madre de Chile, y fue concelebrada por el Obispo Auxiliar monseñor Alberto Lorenzelli; el vice gran canciller de la UC, padre Tomás Scherz, capellanes y diáconos permanentes.

Al comenzar la misa, el cardenal Aós expresó que todos tenemos que apreciar y cuidar los dones de la vida y la salud que vienen de Dios. Después, en la homilía, sostuvo que “el sufrimiento está ahí, implacable: nos debilita, nos mortifica, hasta que nos mata… ¡Yo estuve internado por el coronavirus, fue una semana, pero es tiempo suficiente para asomarse al misterio del dolor y de la muerte!” Afirmó que “hay una soledad porque somos únicos, y nadie nos libra de ella; por eso siempre se muere solo, aunque a nuestro alrededor hasta grupos de personas”.

Luego, el pastor señaló que el enfermo se está preparando para ver a Dios cara a cara, y tal cual es, lo que será nuestro gozo. El enfermo, indicó, "no es una máquina, sino una persona que entra en crisis, por tanto, el enfermo es sagrado, inviolable. La enfermedad es tiempo de salvación”. También reconoció todo el trabajo, el servicio, la entrega de los que han cuidado y servido a los enfermos, “ustedes tienen intercesores en el cielo”, añadió.

Enseguida, el cardenal dijo que cuando un capellán entra en la UCI, es la Iglesia la que viene a traerle cariño, amor, la fe, por lo que “la enfermedad es tiempo de aprendizaje y de ejercitación de la esperanza, no solo de sanar, sino de que fuimos y somos salvados”.

Después, el Arzobispo de Santigo expresó: “¡Qué lejos queda esa visión del enfermo como alguien que es carga, que no es productivo, que sufre, y por humanidad decimos que hay que dalre una muerte dulce, que debemos regular y ejercitar la eutanasia, que no resulta más humana, sino mas cruel e inhumana!"

Durante las ofrendas se llevaron al altar elementos de protección personal de salud y jeringas que hacen presente las vacunas que ayudan a protegerse contra el coronavirus.

Al final de la misa, entregó su testimonio de Ignacio Díaz, que estuvo internado grave por coronavirus y gracias a la oración constante de muchos recuperó la salud: “El poder de la oración es real, cuando la gente se une por un fin  esto se cumple, y cuando se llama a la puerta del Señor él responde”, dijo. Por su parte, Ignacio Sánchez, manifestó que “los estudiantes que se están formando hoy van a ejercer la salud del futuro, la investigación de hoy será la medicina del futuro”. Por último, el padre Pablo García Huidobo, vicario para la Misericordia, indicó que “las personas decisivas de la historia no aparecen solo en los libros de historia o en los diarios. En estos tiempos de pandemia también los hemos encontrado en el área de la salud”.

El cardenal Celestino Aós entregó el sacramento de la Unción de los Enfermos a una persona presente en la misa y después a otras en el interior del recinto hospitalario.