Acólitas y acólitos de Santiago compartieron bajo el amparo de san José

Puntualmente a las 16:00 horas, este grupo de acólitas y acólitos comenzó su primer encuentro de este año. Bajo el lema "Aprendamos de san José" y junto al equipo arquidiocesano, la jornada partió con la santa eucaristía presidida por el padre Patricio Burich, Asesor de la Pastoral de Acólitos de Santiago.

A la luz de la figura de san José y su año, el padre Patricio, recordó en su homilía, la fidelidad de este santo al Señor en medio de los acontecimientos que no entendía. “San José, a pesar de no creer mucho, confió en la palabra del Ángel y tomó por esposa a María. También nos puede ocurrir eso a nosotros con la pandemia, ya que no podemos entrar a clases, no podemos ejercer nuestro acolitado en las misas y todo eso nos puede desanimar”.

Agregó. “Sin embargo, Dios le dice que no se desanime y que confíe, y hoy la invitación es a confiar en Dios. Todos los acólitos y las acólitas tienen que poner su vida en las manos de Dios, eso es confiar en él, porque sabemos que nos tienen un buen camino preparado”.

Tras la eucaristía, los jóvenes repasaron, por medio de un video, la historia de fe y servicio de san José en la tierra, para luego realizar un trabajo en grupo sobre la figura del padre de Jesús en base a valores como la humildad, el amor, la fortaleza, la obediencia y la fe. "San José confío en lo que Dios le tenía preparado, confió en la misión que Dios le había regalado, confió en que Dios lo utilizó para llevar a cabo su plan. Aunque san José no supiera confió”, explicó Francisco Véliz, de la Pastoral de Acólitos.

Todo culminó con un juego virtual sobre la vida san José y algunos aspectos relevantes de la Iglesia Católica a lo largo del tiempo y sus sacramentos, espacio donde cada uno puso su mayor esfuerzo y conocimientos sobre los temas propuestos.

Alejandro Vergara (18), acólito hace ocho años en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Maipú, contó a los asistentes que participaba mucho de este servicio hasta que vino la pandemia. “Si bien, hacemos muchas actividades en las colonias urbanas que tenemos y en las catequesis, pero que hoy no podemos hacerlas mucho, la fe sigue intacta. Veo que nuestra fortaleza se ha debilitado un poco por la incertidumbre de todo esto, pero la idea es que es ser como san José”, animó.

Fernanda Ruiz (14), acólita desde los 10 años en la parroquia San Columbano en El Bosque, también destacó que la fortaleza es clave para poder sostenerse en medio de la pandemia.

Monseñor Cristián Roncagliolo, Vicario de la Esperanza Joven, también quiso saludar a los jóvenes que participaron de esta actividad. “La oración es la amistad con Jesús. Rezar en familia, con los padres, con los abuelos o con quienes vivan, es darle gracias a Dios, porque Dios va haciendo grandes cosas en nosotros si tenemos el corazón abierto y disponible. La vida de los grandes santos es impresionante cómo nos muestra la grandeza de ser discípulo de Jesús. Ser acólitos es una escuela de formación cristiana, humana y la verdadera alegría qué nos da el evangelio”, destacó.