Jueves 1 de julio de 2021
Comunidades educativas aportaron su mirada de cara a una nueva Constitución
Más de 7.500 estudiantes, profesores, educadores de párvulos, apoderados y asistentes de la educación plantearon los principales desafíos en el ámbito educativo en Chile, en el marco del proceso participativo: Tenemos que Hablar de Educación, del cual la Vicaría para la Educación es parte.
Periodista: Comunicaciones VED
Fuente: Iglesia de Santiago
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
Durante el año 2020, más de 7.500 estudiantes, profesores, educadores de párvulos, apoderados y asistentes de la educación reflexionaron y plantearon los principales desafíos para lograr en Chile una educación equitativa, inclusiva, de calidad y para el siglo XXI, de cara a una nueva Constitución. Este ejercicio participativo es parte de la iniciativa “Tenemos que Hablar de Educación” (TQHE), convocada por la red Acción Colectiva por la Educación y enmarcada dentro del gran proceso de diálogos ciudadanos “Tenemos que Hablar de Chile", impulsado por la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Chile.
Desde el 2018 la Vicaría para la Educación forma parte de Acción Colectiva por la Educación –red integrada por más de 20 organizaciones educativas– trabajando una agenda común basada en cuatro pilares de incidencia pública: educación inicial, innovación pedagógica, educación inclusiva y liderazgo educativo. Como parte de esta red, la VED ha participado activamente del proceso de diálogo TQHE.
“Cuando hablamos de Chile, hay que hablar de educación porque es parte central de nuestra vida como sociedad y del desarrollo de cada persona, especialmente de niños, niñas y jóvenes”, dice el padre Andrés Moro, Vicario para la Educación, quien valora la instancia que se ha generado para dialogar y para llegar a acuerdos. “Agradecemos que la Vicaría haya sido convocada a ser parte de este caminar que va a permitir a muchos y muchas poder aportar a un diálogo que se construye también desde la Constitución”.
A través de TQHE se ha dado un trabajo muy interesante entre las instituciones de Acción Colectiva por la Educación, así lo señala Alionka Miranda, encargada del proyecto. “Las organizaciones han desarrollado un trabajo en conjunto que ha enriquecido profundamente el proceso desde la expertise y experiencias de cada una. Esto demuestra que la colaboración, la confianza y la constancia en el trabajo tiene valiosos frutos que permitió –durante este proceso–, levantar las voces de más de 7.500 personas de comunidades educativas de todo el país”.
Los sueños y anhelos de los más de 7 mil miembros de las comunidades educativas de todo el país que participaron de la consulta de TQHE, fueron analizados en Mesas de Profundización, encargadas de traducir los aportes en propuestas para la nueva constitución y programas presidenciales.
Lucía Hernández, apoderada del Colegio José Domingo Cañas, de la Red Educacional Santo Tomás de Aquino, participó de estas mesas de trabajo. “Fue una experiencia muy enriquecedora porque tuve la oportunidad de compartir con profesores, directores, estudiantes, donde podías dar tu opinión y aunque no todos estuvieran de acuerdo, se respetaba”.
La apoderada agrega que uno de los temas que se profundizaron fue sobre qué tipo de educación se quería, llegando al acuerdo que se quería una educación inclusiva, de calidad, gratuita, equitativa e integral:“La calidad, la excelencia en la educación tiene que ser para todos por igual. Necesitamos al joven respetuoso, responsable, que tenga conocimiento para que el día de mañana lo pueda exponer en un trabajo y una formación valórica cristiana. Tengo la fe en que se pueden hacer cambios”, comenta esperanzada en que lo planteado llegue a las autoridades del país y esté presente en la nueva Constitución.
Para Roxana Espinoza, directora del Colegio Bicentenario Victoria Prieto de la Corporación Educacional del Arzobispado de Santiago (CEAS), todo este proceso participativo ha sido una experiencia de responsabilidad social nacional, “una oportunidad gigante para aportar a la construcción del país, en el ámbito de la educación”. Como participante de las mesas de profundización, la directora destaca principalmente que haya existido diversidad de personas y realidades educativas y escuchar a los estudiantes: “Hay mucha claridad en lo que ellos esperan, son cosas muy concretas y posibles que por una parte se relacionan con la motivación y un currículum que responda a sus intereses y también se relaciona con la evaluación porque ésta puede encasillar a los estudiantes y perdemos el foco de que quizás en un área no son tan hábiles pero sí en otras y el sistema los castiga”.
Su esperanza está puesta en “la posibilidad que todo esto llegue a las autoridades y sea considerado en la nueva constitución como aporte desde las bases porque esto se pensó con personas que están inmersas en el contexto de la educación”.
El fruto que se espera de todo este proceso, especialmente de las Mesas de Profundización, es aportar con propuestas y metas concretas tanto al proceso constituyente como a los contenidos programáticos de las candidaturas a la presidencia de la nación.