Sacerdotes de Santiago comparten el valor y el don de la vocación

“Se nota que había ganas de compartir, de crecer en fraternidad y de ser hermanos sacerdotes”, manifestó el padre Raúl Bascuñán tras terminar el encuentro. Y eso quedó en evidencia en el inicio de la conexión. Los más de 100 presentes se saludaron con alegría y entusiasmo, entre las bromas que se decían, se dejaba entrever el anhelo del reencuentro físico, que la virtualidad intenta compensar con verse a través de la pantalla.

La Vicaría para el Clero entiende este anhelo, pero se adecúa a las restricciones de movilidad. Por ello, ajustó esta y otras actividades del 2021 a la modalidad online para mantener los vínculos, a pesar de la distancia física.

La celebración de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote la organiza la vicaría año a año, con énfasis distintos. En esta ocasión, el sentido era orar e incentivar el sentido de fraternidad entre los presbíteros.

El Vicario, monseñor Alberto Lorenzelli, inició el encuentro con un mensaje: “Nos encontramos para sentirnos más hermanos entre nosotros, compartir el valor y el don de la vocación en nuestro sacerdocio, y el camino que vamos haciendo cada uno. Ese camino al que nos invita el Señor de santificarnos siempre más. El don más grande que podemos dar al Pueblo de Dios es nuestra santidad. Cuando hay una vida interior y espiritual profunda el Señor también nos inspira más profundamente a vivir nuestro ministerio, a entregarnos más generosamente a todos aquellos que encontramos, a aquellos más necesitados”.

Durante la celebración, el padre Luigi Migone, miembro del equipo de acompañantes espirituales del Seminario Pontificio, expuso sobre el tema “La experiencia fundante en la vocación presbiteral”. Por casi 30 minutos el sacerdote invitó a los presentes a cuestionarse sobre su propia vocación y a que identificaran el lugar desde donde la viven.

El padre Raúl Bascuñán valoró la exposición de Migone: “Fue muy gratificante el hablar desde el fundamento vital desde la experiencia fundante de la vida religiosa, como nos comentó el padre Luigi de poder entrar en conexión con ella y de ahí siempre replantearse para conectarse con el gran fundamento que es Jesucristo amante del Padre”.

Al encuentro también asistió Patricio Kelter, diácono en tránsito al sacerdocio y agradeció esta jornada: “Creo que tenemos vocación de ser con los demás, cuando nos encontramos podemos recomponer y estrechar vínculos entre los hermanos sacerdotes, para experimentar que realmente somos familia y que estamos juntos en la misión de Jesús”.

El padre Jorge Solís, se refirió al ambiente que se generó entre los presentes: “Destaco lejos la alegría que había en los sacerdotes, casi de niños, así de saludarse, estaban contentos de poder saber cómo estaba el otro. Me dio alegría ver esa fraternidad, ese deseo de encontrarse”.

El padre Cristián Castro, por su parte, también valoró de forma positiva esta celebración: “El vernos, orar y reflexionar juntos, nos ayuda a comprender más y mejor nuestro ministerio, el cual lo vivimos y desarrollamos a favor de otros, pero también con otros, formando junto a nuestro obispo un presbiterio. Por lo tanto, el hecho de encontrarnos, aunque sea telemáticamente, nos ayuda y nos hace crecer en el afecto de unos por otros. Si a eso le sumamos un momento de oración y reflexión mejor, ya que estamos implorando juntos al Señor su bendición y nos estamos enriqueciendo en la comprensión de nuestra identidad y servicio”.