Opinión: Digitalización en la Iglesia de Santiago

Desde 1999 el Arzobispado de Santiago ha desarrollado herramientas computacionales -con la tecnología de aquel tiempo- con el fin de ayudar la gestión administrativa de la arquidiócesis. Luego de todos estos años de funcionamiento, se ha hecho imperiosa la renovación de nuestras tecnologías y competencias, por lo que el año 2020 se decidió conformar un consejo multidisciplinario con el encargo de comenzar el camino de la transformación digital en el Arzobispado de Santiago.

La idea, en primera instancia, es aprender a discernir la misión de la Iglesia en el mundo digital, teniendo como referencia las palabras del Papa Francisco: “abrir las puertas de las iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos”.

Durante todo el año pasado y respondiendo al crítico escenario actual, debido a la pandemia y el confinamiento, hemos sido rápidamente lanzados a una dinámica un tanto desconocida, y a la que no estábamos acostumbrados de misas online, inscripciones por internet, formaciones e-learning, diplomados a distancia, certificados por correo electrónico, donaciones en línea, entre muchas iniciativas que han apoyado la tarea pastoral. Y muy por el contrario de querer cambiar el modelo tradicional, muchos han estado de acuerdo en que se ha visibilizado una nueva experiencia de evangelización. Es ahí donde la acción de este consejo es clave para acompañar el tránsito hacia el fortalecimiento de la acción evangelizadora de la Iglesia de Santiago en el mundo digital.