Jóvenes solteros y casados dispuestos al sacerdocio y a la misión en familia

En la Liturgia de la Palabra participaron jóvenes de cinco parroquias, junto a sus responsables, presbíteros y el equipo de catequistas itinerantes del Camino en Chile, todos encabezados por el Arzobispo de Santiago. En un ambiente de fe, alegría y cantos, diversos jóvenes, los miembros del equipo itinerante y el párroco de San Joaquín, padre Sergio Díaz, dieron testimonio de sus propias vocaciones, tanto familiar, religiosa y de celibato. Hablaron de sus respectivos encuentros con Dios, con la misericordia de Jesucristo muerto y resucitado y cómo ese amor ha cambiado sus vidas.

Posteriormente, el  cardenal Celestino Aós dijo en su mensaje que hay a quienes no les interesa un Cristo crucificado “que nos habla de amor, de perdón, de rebajarnos y de ayudar al más necesitado”. Y enfatizó: “¡A mí sí me interesa!”. Recordó, luego, que muchas personas quisieran tener fe, “y nosotros tenemos fe, aunque haya inconsecuencias. Por eso, tenemos que dar gracias a Dios por esta fe. Somos los cristianos de hoy, siglo XXI”. 

Más adelante, el pastor expresó: “Queridas jóvenes, queridos jóvenes, ¡que alegría la nuestra poder decir: yo creo! Que de ahí me va a venir la salvación”.  Por último, exhortó a los presentes a ser testigos de Jesucristo: “A ustedes el Señor les da la fe para que vivan estos misterios y los transmitan. Qué bonito que podamos ser transmisores de la fe, que podamos decir, no tanto con palabras, sino con nuestras propias obras”.

Luego de sus palabras, los catequistas invitaron a quienes se sientan llamados a discernir una eventual vocación al sacerdocio o a la vida religiosa femenina u otros servicios de la evangelización, subieran al escenario para recibir la bendición. Se levantaron dos hombres y dos mujeres. De igual forma, se levantaron cuatro familias jóvenes, con sus hijos, dispuestas a irse en misión a donde se les indique, para evangelizar. Como el encuentro fue transmitido por redes sociales a todo el país, ya hay otros jóvenes y otras familias que también expresan su deseo de discernir un servicio misionero en cualquier parte, según sea  la voluntad de Dios para con sus vidas. Este discernimiento vocacional lo harán en sus respectivas comunidades, acompañados por sus catequistas.

Testimonios

A Loretto Loyola, de la parroquia Santos Apóstoles, de Recoleta, le llamó la atención la fuerza que tiene la misión evangelizadora del Camino Neocatecumenal: “Los testimonios donde las personas se abandonan al Señor y lo dejan todo por anunciarlo me marcó mucho. También que los jóvenes estamos siempre en juicio con nuestros padres, siendo que debemos buscar el amor de Dios. Mis conclusiones son que mis planes tal vez no son los mismos que Dios tiene para mí, pero estoy dispuesta a hacer su voluntad”. En tanto, Leticia Loyola, su hermana, pidió a Dios el discernimiento para encontrar su vocación: “Estoy dispuesta a confiar en el Señor. Recomiendo a otros jóvenes a vivir estas experiencias que nos ayudan en nuestra vocación”.

Por su parte, Johanna Baeza, de la parroquia Sagrada Familia, de Providencia, afirmó que “Dios hace nueva todas las cosas. Muchas veces con la pandemia me he perdido de todo lo bueno que el Señor hace por mí, de cómo ha sanado mi vida, y veo cómo Dios y la Virgen son luz para mí. Hoy bebí de esta fuente maravillosa para seguir combatiendo por la fe. El Señor me invita a ser feliz”.