Lunes 8 de marzo de 2021
Ingreso de nuevos seminaristas: un signo de esperanza para la Iglesia
Han decidido emprender un proyecto de vida inusual para los tiempos de hoy, ofreciendo sus vidas para servir a Dios, a través del sacerdocio. Cuatro jóvenes ingresarán al Seminario Pontificio Mayor de Santiago y recibirán el rito de admisión de manos de monseñor Celestino Aós.
Fuente: Periódico Encuentro
Link fuente: http://www.periodicoencuentro.cl/marzo2021/13.php
Transmisión en vivo de la misa de ingreso este 8 de marzo desde las 19 horas AQUÍ
Ya culminan las vacaciones y cuatro jóvenes emprenderán el desafío más grande de sus vidas: el sacerdocio. Durante el mediodía del domingo 7 de marzo, Andrés, Leandro, Francisco y Milan se integrarán a la comunidad del Seminario Pontificio Mayor de Santiago, para servir y anunciar la palabra de Dios. Con una Eucaristía en el templo del establecimiento presidida por monseñor Celestino Aós, estos cuatro aspirantes ingresarán a las filas del propedéutico, tras un largo período de preparación y discernimiento espiritual. Estos jóvenes comparten junto a periódico Encuentro, sus motivaciones y anhelos por ser constructores de una Iglesia en salida.
El discernimiento a través de la oración y el servicio
Andrés Fernández tiene 20 años y está ad portas de comenzar una travesía acompañada de la Eucaristía y del rezo del Rosario. Participando en la parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea, comenta que su vocación se gestó a través de la oración y el servicio. “En los últimos años del colegio me empecé a cuestionar si lo mío podría ser el sacerdocio, ahí estaba la opción. Pero quizás nunca me lo tomé tan en serio, y ya estando en la universidad me propuse encarar la inquietud. Traté de fortalecer mi vida de oración, que estaba medio floja, y contrasté mis pensamientos, dudas e inquietudes con mi director espiritual. Después de este proceso, decidí entrar al seminario”, relata.
Aceptar el llamado del Señor sin miedo
“Todos somos llamados a servir a Cristo de alguna forma y uno va sintiendo este mensaje día a día”. Estas palabras reflejan la forma en que Leandro González acogió el llamado a seguir a Cristo. Formado en la parroquia San Juan de Teno, de la diócesis de Talca y con 29 años, ingresará al Seminario Pontificio de Santiago, teniendo como pilares Dios, la oración, la fe de su madre, familiares y amigos. “Si bien, muchas veces hice oídos sordos a este llamado, y me pregunté muchas veces ¿por qué a mí? Gracias a Dios, soy un afortunado de seguir su camino. Luego de conversar con mi párroco, el padre Marcelo Díaz, él me orientó sobre los pasos que tenía que seguir”, explica.
Con Jesús en el centro
No fue una decisión difícil para Francisco Javier González. Desde pequeño ya tenía la idea que Dios podría llamarlo al sacerdocio. En el colegio fue madurando su inquietud, gracias al acompañamiento espiritual y la lectura de algunos libros recomendados por sacerdotes. Esto, sumado a la oración y los sacramentos, le motivaron a sus 18 años y luego de haber egresado de la Enseñanza Media, postular al seminario. En tiempos desafiantes, comenta que el rol que tendrá la Iglesia y la opción vocacional para los próximos años, será determinante para muchos jóvenes. “La Iglesia es de Jesús y es él quien ha de estar en el centro. Con la fe bien puesta en Cristo y la esperanza puesta en su Palabra y en la acción del Espíritu Santo, hay que seguir adelante, aun en medio de las dificultades. Por otra parte, creo que los jóvenes católicos tienen, hoy día, mucho que aportar a sus familias y a la sociedad”.
Misionero de tiempo completo
Cada vez Milan Kovacevic Bakulic regresaba de misiones, junto a sus compañeros de la Pastoral UC y luego con la fundación Misericordia, su corazón se conmovía. Sirviendo y testimoniando el amor de Dios a las personas, como única respuesta completa a la búsqueda de amar del corazón humano, le animaron a tomar una decisión radical en su vida y a sus 28 años, dejar todo para ingresar al Seminario. “Las misiones, que primero eran de diez días, se convirtieron con los años en tiempo completo. Ser misionero ha sido una escuela de vida y una instancia para conocer a Cristo y a nuestra Iglesia en el silencio de la oración, el servicio y escuchando a otras personas. Me demoré dos años y medio en tomar esta decisión”, confiesa.
Hacia la construcción de una Cultura Vocacional
Para el padre Cristián Castro, rector del seminario, el ingreso de estos nuevos seminaristas es fruto de un profundo anhelo de amistad con Jesucristo y de entrega por el Evangelio, pese a que tenga matices con los años, se mantiene vigente. “Por esto, resulta interesante hablar sobre una cultura vocacional; cómo incentivar el diálogo desde un estilo de vida en el cual no solamente nos preguntemos qué quiero hacer con mi vida, sino que agregamos el ingrediente del creyente, del discípulo del Señor, y preguntarnos ¿Qué quiere el Señor de mí?”
Con el actual escenario social y los efectos de la crisis sanitaria, el padre Cristián prevé que existirá un “despertar vocacional” que motivará a las personas a pensar en el futuro de sus vidas. “Tengo esperanza de que todo lo que ha significado esta pandemia sea una ocasión para que los jóvenes también se generen las grandes preguntas para su vida. Más allá de lo que quiere una persona, es preguntarnos por dónde nos llama el Señor. Vendrá un despertar en la fe, en la espiritualidad, en hacerse cargo de las grandes problemáticas sociales del hombre”.