Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Jueves 12 de noviembre de 2020

Estudio revela necesidad de atención en salud mental y acompañamiento tras pandemia

Un fuerte impacto en la salud mental de las familias chilenas pudo constatar la encuesta desarrollada por el nuevo Instituto de Estudios para la Familia de la Universidad San Sebastián “Tiempos de pandemia: una mirada a la familia en Chile”. Gracias a un acuerdo de colaboración, la Iglesia de Santiago utilizará los datos obtenidos como recurso para la reestructuración de contenidos en los cursos de formación que ofrece a través de su Delegación para la Pastoral Familiar.

Fotos: Archivo DEFAM

Periodista: Bárbara Guerrero C.

De las cerca dos mil personas mayores de 18 años encuestadas en todas las regiones del país, al menos un 51% manifestó que una vez superada la pandemia necesitará atención de salud mental o consejerías, antecedentes de los que ya tenía indicios la DEFAM desde su programa de acompañamiento “Fono Escucha: Estamos Contigo” y del Centro de Atención Familiar CAF, donde ha brindado soporte a cientos de familias que se han comunicado con profesionales y acompañantes espirituales a través de la línea telefónica habilitada por el Arzobispado.

En relación a la convivencia, tres de cada cuatro encuestados manifestó que le fue posible crear un clima agradable con los adultos mayores y niños, niñas y adolescentes que viven en su hogar, y un 57% manifestó que las relaciones entre los integrantes de la familia se habrían visto fortalecidas, principalmente a la hora de compartir la mesa (el 90% de los encuestados).

Para José Manuel Borgoño, delegado para la Pastoral Familiar, el fortalecimiento de los vínculos es algo muy positivo de destacar, ya que la convivencia y hacinamiento fueron prueba. “Ante la presión de la pandemia la mayor parte de la gente se apoyó en su familia, con la que estaba en el hogar confinado y eso los hacía felices, pero al mismo tiempo existía una infelicidad de no poder conectarse con la familia ampliada, aquella que está fuera de la casa, lo que hizo valorar esos vínculos. Que el pilar de la sociedad sea la familia, nos alienta a seguir trabajando por ella”, manifestó.

Por su parte, Mauricio Echeverría, director del Instituto de Estudios para la Familia USS, destacó que a pesar que la mitad de las familias han realizado juntos tareas domésticas y escolares (...)  “estos momentos de esparcimiento en familia, que podrían servir de alivio al estrés general, casi no han sido -o no han podido ser- aprovechados”, esto por la sobrecarga de los jefes y jefas de hogar.

La fe también juega un rol importante a la hora de enfrentar la crisis y eso quedó demostrado en el 35% de los encuestados quienes consideran necesitarán apoyo espiritual o de comunidades religiosas. “Cuando vives un momento difícil, pero sabes que hay un sentido, que esto va a pasar porque hay un Dios que traza este camino, que nos va a llevar a algo, esa es la fe y eso se hizo presente con mucha fuerza durante esta pandemia”, puntualizó el delegado José Manuel Borgoño.


Nuevas herramientas para apoyar a las familias

Los resultados de la encuesta permiten advertir a grandes rasgos un agotamiento en las familias, particularmente en el caso de las madres y padres. Mauricio Echeverría apuntó a que son los adultos responsables los que más han resentido la crisis por la gran carga en el hogar: exceso laboral, tareas escolares de los hijos, aumento en tareas domésticas. “La gran mayoría de ellos reconocen haber afrontado este periodo apoyados principalmente en la fortaleza de la misma familia y en su fe en Dios, mientras solo una minoría ha recurrido a servicios, programas comunitarios o apoyo profesional”, señaló.

Con estos antecedentes, la Iglesia de Santiago, a través de la Delegación para la Pastoral Familiar reorientará sus cursos de formación pastoral. “Vamos a hacer un curso en la Escuela de Verano y tomaremos en cuenta estos antecedentes, el efecto pastoral que esto tiene en la familia y la situación actual que nos sitúa en medio de la pandemia”, puntualizó el delegado agregando que “nos vamos a dedicar a restaurar a las familias heridas por esta situación. Es una experiencia traumática y nuestro esfuerzo pastoral va a ir por ahí”. 

El convenio con la Universidad San Sebastián se suma a los que la DEFAM mantiene con otros Institutos de Familia de las Universidad Santo Tomás y de la Universidad Católica, insumos que le permiten mejorar su acción pastoral.