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Artículo

Viernes 6 de noviembre de 2020

El don de la fidelidad, la alegría de la perseverancia

La Vida Contemplativa reflexionó a la luz del último documento que publicó la Congregación para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA). En la oportunidad, la hermana María Divina Berasaluce, de las Hermanas de la Caridad de Nevers, revisó sus alcances más significativos para vivir la fe en medio de cada una de sus realidades.

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

El Vicario para la Vida Consagrada, padre Pedro Pablo Garín, agradeció a Dios por la instancia y recordó que es de gran ayuda en tiempos de pandemia: “Fue una oportunidad para conocer este documento que apunta a nuestra vocación, a vivir nuestro tiempo de vida espiritual de cara a todos los acontecimientos que estamos pasando”, recalcó.

La hermana María Divina Berasaluce comenzó su ponencia con la parábola de la “Buena Semilla” (Lucas 8, 11-15), donde exhortó que “en la aventura del seguimiento de Jesús, es necesario vencer al diablo de la superficialidad, superar las pruebas, llegar a la madurez para dar fruto con perseverancia”, momento en que recordó que este último aspecto, es el que da los frutos en medio de las pruebas.

Luego, desglosó algunos puntos relevantes del documento. Allí dijo: “Estamos ante una hemorragia que debilita la Vida Consagrada y la vida de la Iglesia, y obviamente preocupan los abandonos dentro de ella. Hay una necesidad de escucha y de discernimiento, ya que algunos después de estos procesos, reconocen no haber tenido nunca una vocación”, analizó.

A lo anterior, señaló que “vivimos inmersos en la cultura de los fragmentado, de lo provisional. Es decisivo reconocer los problemas y escuchar a quién los está afrontando”, para ello, destacó que es necesario una mirada vigilante, una escucha atenta y acompañar solidariamente y en libertad.

Continuó: “La fidelidad es uno de los principales atributos de Dios. Dios es fiel, es bondad y fidelidad. La calidad de la vida fraterna, también incide poderosamente en la perseverancia de cada religioso”, destacó.

Frente al tema del discernimiento compartido, la hermana María Divina Berasaluce, sostuvo que “la fidelidad en la perseverancia a la vocación es un don precioso. En nuestros días, debiera ser más madura la conciencia de una perspectiva educativa, que se preocupa por el hermano y la hermana que atraviesa una situación difícil y los acompaña cuando se trata de opciones dolorosas y difíciles”, relató.

La religiosa cerró su exposición recordando que “en la vida cotidiana de los consagrados y consagradas, llevar las cargas, los unos de los otros, significa aceptar los sufrimientos, las adversidades, los malestares, y como dijo el Papa, estar centrados, firmes en Dios que ama y sostiene”.

En la jornada participaron las hermanas de los Monasterios Nuestra Señora de la Victoria, Carmelitas Cristo Rey y María Mediadora, Carmelitas del Amor Misericordioso (El Toyo), Carmelitas San Rafael, Carmelitas de San José, Clarisas Capuchinas, Primer Monasterio de la Visitación y las Adoratrices del Santísimo Sacramento.

Congregación para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica

El documento “El don de la fidelidad. La alegría de la perseverancia”, está destinado a todas las personas consagradas, en especial a las personas encargadas del Gobierno y de la formación en las órdenes, congregaciones, monasterios e institutos. Son orientaciones ante los carismas de la fidelidad y la perseverancia de las personas consagradas en relación a su vocación.

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