Parroquia Jesús Nazareno, la vigente huella marcada por la Orden Trinitaria

La Orden llegó a Chile en 1902 y recién en 1914 se estableció en Santiago en 1914. Desde entonces puso en práctica en los lugares en que se instaló en el país su Regla de vida religiosa, que considera, entre otros aspectos, la sencillez, la humildad, la igualdad entre los hermanos, la alegría de la vida, la hospitalidad, la mutua corrección evangélica y, lo que es su nota distintiva, el espíritu de caridad y servicio.

Al hacerse cargo de la parroquia Jesús Nazareno, en Manuel Montt, Zona Cordillera, los sacerdotes trinitarios impregnaron estos sellos en la vida pastoral de esta comunidad. Hasta que el año pasado debieron retirarse, para reforzar su presencia en otras zonas del país, en especial en San Carlos, Ñuble. Pero la parroquia estaba preparada para este cambio y no decayó su vida apostólica, ni siquiera por las restricciones de la pandemia. La disposición de su nuevo párroco, el padre Juan Debesa Castro, también párroco de La Divina Providencia, ha ayudado a los agentes laicos y los diversos grupos evangelizadores mantener y enriquecer su acción.

Guillermo Núñez, coordinador del Consejo Parroquial, indica que existe una “red de redes virtuales”, y que los diversos carismas se mantienen fieles a su origen en las actividades que desarrollan. Por las mismas vías se reúne el consejo parroquial, se celebra la misa, se hacen retiros y hay interacción de las devociones particulares en comunión permanente con el párroco. “En determinado momento tuvimos 18 agrupaciones entre pastorales, comunidades  y grupos de autoayuda, asistencia a los pobres en condición de calle, inserción del migrante”, cuenta Guillermo, al referirse a la pastoral social. “Las emergencias vividas nos han dado una oportunidad para crear vínculos de cooperación y solidaridad más estrechos, dentro y fuera del ámbito parroquial, con la Municipalidad, para la vigilancia, aviso de riesgos y la asistencia a los adultos mayores en sus domicilios”, precisa. 

Algunos hitos de los Trinitarios en Chile

En 1730 llegan las Monjas Trinitarias Descalzas a Penco, donde seis años después se funda el primer Monasterio. Pero el terremoto de 1751 lo destruye y se cambiaron a Concepción y entre 1818 y 1823 las religiosas desarrollaron su labor entre los mapuche. Los sacerdotes de la Orden Trinitaria llegaron a Chile en 1902, también a Penco. Después, en 1904, fundaron la Orden en San Carlos, la sede más importante de los trinitarios en Chile. Al año siguiente se ampliaron a Concepción y en 1914 crearon la comunidad religiosa en Santiago, que desarrolló su carisma hasta el año pasado.