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Domingo 26 de julio de 2020

La Olla solidaria de la parroquia Apóstol Santiago de Estación Central

A días de la celebración del patrono de esta parroquia de Estación Central, hablamos con parte de su comunidad y pudimos conocer el incansable trabajo de sus voluntarios y voluntarias que, entre otras cosas, tienen funcionando una olla solidaria. Gestionan y entregan mercadería y hasta disponen de un centro de acopio de ropa a disposición de quienes más lo necesitan.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Paula Ampuero Ulloa

El tesoro de las voluntarias es un cuaderno y una planilla excel. Ahí escriben los nombres, ruts, direcciones y teléfonos de contacto de los miembros de su comunidad, junto a las necesidades que tiene cada uno. El registro existe y se actualiza desde hace años pero hoy, en tiempos de pandemia, ha resultado ser la mejor herramienta a la hora de llegar con ayuda a los hogares de los 120 migrantes y 110 nacionales que ahí están anotados.

La parroquia Apóstol Santiago está ubicada en Estación Central y pertenece a la Vicaría Zona Oeste. Lo que más caracteriza al sector es la presencia de cités y casas, donde hay muchos hogares, en una misma vivienda. Se suma a ello, la gran presencia de caletas y rucos (vivienda hecha de materiales precarios), de personas en situación de calle, y la población de hermanos y hermanas migrantes que cada día es más numerosa en la comuna y en los alrededores de la parroquia.

Dado lo anterior, la realidad en el sector nunca ha sido fácil, pero con la pandemia se han agudizado los problemas. Así lo dice Luisa Fuentes, coordinadora de la pastoral social de la parroquia: “En años anteriores, en invierno, entregábamos comida a la gente en situación de calle, eran los que más necesitaban, pero hoy estamos llegando con ayudas a otras personas. Son los mismos miembros de la comunidad que antes venían a misa el domingo y trabajaban en la semana los que ahora necesitan apoyo, porque se quedaron cesantes y no tienen para comer o para comprar un gas”.

Hace dos meses las voluntarias de la pastoral social de Apóstol Santiago vieron que las ollas comunes del sector no estaban dando abasto ante la necesidad de alimentación de la zona, por lo que decidieron ponerse a cocinar. Así nació la “Olla solidaria” que funciona en la cocina de la parroquia, entregando comida los sábados, y desde hace dos semanas, también los miércoles a todos quienes lo necesiten.

Marcela Muñoz, coordinadora de la pastoral social de la parroquia, cuenta que cada día llegan entre 100 y 200 personas a la “Olla solidaria”, algunas traen sus ollas, donde les entregan comida para el grupo familiar, y a otras se les entrega la porción individual en un contenedor desechable, respetando las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias del país.

Todos los que hacen la fila están pasando serios problemas económicos debido a la crisis sanitaria y social. “Nosotros acá en la parroquia ayudamos a los invisibles, a la gente de la calle que no está en los registros; a las señoras que no saben ni siquiera pedir ayuda, porque han trabajado toda su vida y hoy se quedaron cesantes; y a esos que no son ni clase media ni pobres y no han recibido ningún aporte del Estado”, cuenta Marcela.

Así lo confirma Arcelia Julca, beneficiaria de la "Olla solidaria", quien ha tenido un duro pasar durante la pandemia. “Tengo tres niños, mi esposo quedó sin trabajo en abril, y no recibimos ningún beneficio, ni siquiera el seguro de cesantía. En mayo me dio coronavirus, luego le dio a mi hijo mayor, en mi trabajo me querían despedir, pero les rogué que no lo hicieran, porque hoy soy el sustento de mi familia. Por eso lo de la parroquia es una gran ayuda en estos momentos difíciles, y significa todo para mí prácticamente, porque mi familia está muy afectada”.

La “Olla solidaria” funciona en la cocina de la parroquia, que no tiene una historia tan larga como el edificio que la alberga que tiene 130 años, sino que su historia es más bien reciente. Marcela cuenta que la cocina hasta hace no más de dos años eran “cuatro palos parados con una malla de kiwi para que no nos diera el sol”, pero luego de un trabajo que duró siete años, pudieron construir una cocina sólida.

El container

En esa cocina estaban preparando la comida, la ensalada, ordenando las porciones en los envases, agregando la fruta a la bolsa, es decir, haciendo todo el proceso, pero hace tres semanas les llegó una ayuda, literalmente caída del cielo. Y es que fue una grúa la que instaló el container habilitado como cocina, en el patio de la parroquia. Ahora las voluntarias tienen más espacio y pueden dividir las tareas entre su antigua cocina y el container, para optimizar el tiempo, hacer más porciones y poder cumplir con el distanciamiento social.

La llegada del container fue gestionada por el Arzobispado de Santiago y posibilitada por la Fundación Aninat. Si bien, llegó hace tres semanas, el sábado 25 de julio se inauguró formalmente ante la presencia del párroco Wilson Botero; el vicario de la Pastoral Social, Jorge Muñoz; y la bendición del Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario General, Cristián Roncagliolo.

El obispo agradeció el aporte de la Fundación y explicó: “Hemos elegido este día y este lugar, porque estamos celebrando el día de nuestro patrono y hemos querido también subrayar, que en este lugar simbólico, se expresa lo que está ocurriendo en la Arquidiócesis de Santiago, donde se está desarrollando una gran cadena de solidaridad al servicio de los que más lo necesitan. Agradezco el ejemplo de los que hoy día atienden este comedor que provee de alimento a más de 100 personas y también animo a que sigamos creciendo en la caridad, que es la caridad de Cristo. En este día del apóstol, Santiago se viste de caridad”.

Las otras acciones sociales

Ante la gran necesidad que existe en la zona, no solo fue necesaria la implementación de la “Olla solidaria”, sino que las acciones de ayuda fraterna debieron multiplicarse. En el catastro que tienen las voluntarias de la pastoral social se puede ver necesidad de mercadería, de pañales de bebés y adultos, de gas, ropa de abrigo y de cama, colchones, y muchos otros ítems, que han debido ir gestionando.

"Hay semanas que entregamos 20 cajas, otras, como la semana pasada, pudimos entregar 40", dice Marcela. Estas cajas se van entregando por turnos a personas de la comunidad, y tienen todos los elementos básicos para que una familia se pueda alimentar bien. Le ponen huevos y otros productos, como pasta de diente, para la higiene, e intentan en lo posible agregar leche, porque lo consideran muy importante para los niños. “Queremos entregarles leche a todas las familias, pero ha sido difícil conseguir que nos donen o que llegue la suficiente cantidad de plata para poder invertirla en comprar leche”, dice Luisa.

En la misma línea de ayudar para alimentar a la comunidad, las voluntarias consiguieron “vales de gas” en el municipio, los que repartieron a las personas que tenían en su catastro con esta necesidad. “Nos pasaba que hay vecinos que tienen mercadería, pero no tenían gas, entonces, tampoco podían cocinar”, se lamenta Marcela.

Además, a propósito de un incendio que hubo en la zona durante la cuarentena donde se quemaron unos cités, comenzaron a gestionar otro tipo de cosas, como colchones, ropa de cama, de abrigo e incluso ropa interior. Todo eso fue entregado en orden a las familias damnificadas, pero luego se dieron cuenta que otras familias dañadas económicamente por la pandemia también necesitaban esta ayuda.

Así fue como habilitaron una sala de la parroquia para acopiar ropa, que las voluntarias ordenan por talla y por sexo, y son entregadas a las personas que las solicitan. Por otro lado, hay voluntarias que visitan a adultos mayores que están viviendo solos sus cuarentenas, dándoles apoyo emocional y preocupándose de las condiciones en las que viven. En esas visitas han identificado, por ejemplo, que algunos tienen sus colchones en muy malas condiciones y se ha gestionado que se cambien.

Una de las últimas acciones, fue la realizada el viernes 24 de julio, cuando gestionaron la visita del Concejal Felipe Muñoz a la parroquia, quien con su equipo, orientó a los miembros de la comunidad sobre la actualización de sus datos en el Registro Social de Hogares, con lo que las personas podrían acceder a otros beneficios otorgados por el municipio y el Estado.

Para continuar con la tarea

Toda la acción social de la parroquia se realiza gracias al esfuerzo de sus voluntarias, que gestionan la ayuda con sus contactos, con empresas y fundaciones, con el municipio e incluso con llamados a través de redes sociales. “El comedor depende de las donaciones”, dice Luisa, y se lamenta, porque hay días que no han podido conseguir lo necesario y eso significa que no pueden entregar comida.

Por lo anterior, es importante ayudar a esta parroquia para que pueda mantener la entrega de comida los miércoles y sábados en su “Olla solidaria”, la entrega de cajas de mercadería y que les puedan incorporar leche, y todas las otras acciones que realizan.

Si quieren y pueden entregar alguna donación escriban a directamente a los correos: luisabeatrizfuentes@gmail.com, wilbotero@gmail.com y marmcastro@gmail.com. O pueden llamar a los teléfonos de las coordinadoras de la pastoral social, Luisa Fuentes: +56 9 8426 3978; o a Marcela Muñoz: +56 9 8126 8458.

Y si pueden hacer un aporte económico, deben realizar una transferencia electrónica indicando como asunto “Ayuda para un hermano”, a:

Tipo de cuenta: Cuenta corriente
Banco: Banco Chile
Número de cuenta: 155-51104-01
RUT: 71.369.400-2
Correo electrónico: apostolparroquia@gmail.com