Jueves 4 de junio de 2020
Almacén solidario, una luz de esperanza para las familias de Lo Hermida
La crisis sanitaria por el Covid-19 ha azotado fuertemente a la comunidad de Lo Hermida, pero gracias al compromiso y generosidad de la comunidad parroquial, los vecinos y sus familias no están solos.
Por: Bárbara Guerrero C.
Periodista: Bárbara Guerrero C.
Desde los primeros días de marzo, cuando fue decretada la emergencia sanitaria a causa del Covid-19, la comunidad de la parroquia Jesús Servidor de Lo Hermida comenzó a activar sus redes para entregar una ayuda oportuna a los vecinos de la población. Diariamente recorren los pasajes haciendo un levantamiento de las necesidades que tienen las familias más afectadas para luego sistematizar los datos y así asegurar la óptima distribución de los recursos. Partieron apoyando a 50 familias y hoy su acción solidaria llega a más de 500.
Son laicos, voluntarios que los días miércoles y sábados, reparten a domicilio canastas con alimentos no perecibles, sets con útiles de aseo y también "vales" personalizados que las familias pueden canjear en los almacenes del barrio. Esta ayuda complementa el aporte que entregan a las familias con la canasta y a su vez, apoya la estabilidad del comercio local, tal como indica el padre Pablo Palma. "Estamos acompañando a cuatro negocios de Lo Hermida: una carnicería, dos almacenes y un repartidor de gas. La gente pide el gas y lo paga con el vale, o va a comprar a la carnicería el bistec, pollito, huevos o lo que necesiten. En el almacén cambian el vale por pan, lácteos para los niños y también útiles de aseo. Hay que apañar a los almacenes, ellos siempre nos están apoyando." señaló.
El desafío es grande y el compromiso de la comunidad es mayor. Trabajan codo a codo, armando las canastas, cargando camionetas y trasladando la ayuda. Está en el espíritu del grupo SOS que formaron, como cuenta María Teresa Medina, "solo hemos querido salir a ayudar al más necesitado" Además apoyan a cinco ollas comunes en Lo Hermida con vales de gas y carnicería - que se suman a las establecidas en dos capillas de la parroquia- donde entregan comida caliente entre dos a tres veces por semana. Para el padre Palma "Esta es una manera distinta de evangelizar, de preocuparse por el prójimo. Hay mucha gente sin trabajo, hay mucha gente que le da vergüenza pedir, porque ha cambiado su situación económica, pero estamos ayudando a todos con mucho cariño", señala.
El llamado de Jesús tuvo eco en una organizada comunidad, que ha mostrado su corazón solidario brindando ayuda a quienes más la necesitan. Son muchos los que han enfrentado un cambio abrupto en su diario vivir. Muchos han perdido sus empleos y en algunos casos se han convertido en allegados de un familiar. Es un realidad que sobrepasa, pero en Lo Hermida redoblan los esfuerzos para conseguir aportes de los hermanos que están en un mejor escenario, dispuestos a ayudar en lo que se requiera. El padre Palma agradece. "Gracias a Dios tenemos muchos benefactores y redes con los mismos vecinos. El señor nos mandó a hacer una catequesis distinta, donde se fortalecen los vínculos".
El aporte de los vecinos de Peñalolén y de las personas desinteresadas que colaboran con esta cruzada ha permitido que la campaña siga en pie y los voluntarios no pierdan fuerzas. "Como pobladora y agente pastoral esta experiencia me ha llenado el corazón. Estamos profundamente agradecidos de esas personas anónimas que nos han ayudado, porque gracias a ellos hemos podido ser el puente para que la gente tenga sus cosas y no pasen más necesidades de lo que ya estamos pasando", dice María Teresa.