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Domingo 15 de marzo de 2020

“Sin el Espíritu Santo no podría asumir fielmente la labor de vicario 2”

En un intenso sábado, el padre Julio Larrondo, asumió por la mañana, como nuevo vicario de la Zona Sur de Santiago; mientras que por la tarde, tomó posesión como párroco, de Nuestra Señora de Lourdes en La Cisterna.

Fotos: Hector Landskron - Camila González

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Fue un día agitado, pero lleno de fe el que vivió el padre Julio Larrondo este sábado 14 de marzo. Todo comenzó a las 10:30 de la mañana, cuando en compañía de los obispos, presbíteros y trabajadores de la Vicaría Zona Sur, asumió como nuevo vicario de esta zona que comprende 39 parroquias y ochos decanatos en un total de nueve comunas de Santiago.

Para el padre Larrondo, este desafío "sin el Espíritu Santo no podría asumir fielmente la labor de vicario que se me ha asignado. Sin la confianza del Señor no podría llevar esto adelante. Feliz de compartir esta experiencia de fe con toda la zona".

En la tarde, el recién asumido vicario de la Zona Sur, se trasladó hasta Nuestra Señora de Lourdes para tomar posesión, a través de una eucaristía, como nuevo párroco del templo ubicado en la comuna de La Cisterna, acompañado de la comunidad de San Luis Beltrán de Pudahuel, familiares y amigos, quienes llegaron en masa.

En la eucaristía presidida por el obispo Celestino Aós, juró solemnemente ejercer un ministerio pastoral santo y al servicio de los más necesitados: "Durante la Cuaresma, la iglesia una y otra vez, nos hace recordar y renovar nuestro bautismo, porque por el agua y en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, recibimos el perdón de los pecados y fuimos agregados a la iglesia", dijo el pastor al inicio de su homilía.

Luego, el Arzobispo de Santiago, dijo a los presentes que "cuando estamos en comunidad, no venimos hasta acá a hacer lo que se nos apetece, sino que venimos para hacer el gesto y la oración de la comunidad. Por lo tanto, la misión de un párroco es acompañar la vida de los fieles bautizados que muchas veces caminan en la oscuridad. Y al párroco le va a tocar escuchar, acompañar y rezar a ese pueblo santo de Dios que muchas veces lo pasa mal".

Al final, el obispo aconsejó a los asistentes ante la crisis de salud que vive el país: "Estamos rodeados por la pandemia del Coronavirus y tenemos que ser responsables, no sólo de nuestra salud, sino que también de lo que digan las autoridades. Es un pecado no obedecer instrucciones como tener que comulgar con la hostia en la mano. Evitemos dar el saludo de la paz tomándonos de la mano. Los cristianos debemos ser los primeros responsables de nuestra propia salud", advirtió.

Tras la misa, miembros de Nuestra Señora de Lourdes tenían preparado un compartir fraterno para todos los asistentes, donde el reciente párroco sostuvo que "es un momento de mucha alegría. Asumir la parroquia es tener los cables a tierra con la gente. No conozco aun la comunidad, pero estoy muy feliz de lo que el arzobispo me ha confiado. No es fácil desapegarse de vínculos. Uno genera afectos y siempre desgarrarse no es fácil, pero confío en que lo que hemos construido en estos siete años se van a mantener en amistad".