Este 2019, por una Navidad con sentido

El 18 de octubre del 2019 marcó la historia del país. Se escuchó fuerte la palabra justicia en la voz de aquellos que se han sentido abusados por la desigualdad. El individualismo cedió espacio a la comunidad, las necesidades personales se empezaron a compartir con los vecinos, entre los ciudadanos. Preocuparse por el otro, por el hermano que sufre, escucharlo y darle la mano y anunciar el Evangelio, es el corazón de nuestra Iglesia, y hoy tenemos la misión de hacerlo sentir con mayor unción. Como ya es una tradición, este diciembre nos uniremos en las campañas "Navidad con el hermano" y "Navidad en la calle".

Paz Montenegro tiene 18 años y se gradúa este año de cuarto medio. Siempre ha estado cerca de la Vicaría para la Educación (VED), primero participando en encuentros de líderes y desde el año pasado como voluntaria y coordinadora de "Navidad en la calle". "Es una experiencia única y gratificante", dice cuando recuerda lo vivido. Le habían dicho que era una experiencia muy linda y que no se arrepentiría, y así fue. La disposición y la generosidad de los voluntarios que le tocó organizar, su motivación y ganas de estar, de ayudar, la impresionaron gratamente.

"Navidad en la calle" tiene más de 35 años de historia, como cuenta Ginés Alvarado, de la VED. "Hasta ahora no hemos podido fechar con exactitud su inicio, pero sí tenemos certeza de que comenzó como una actividad en la Vicaría Pastoral Universitaria, donde jóvenes universitarios junto a sus familias salían a las calles para compartir con gente en situación de calle y vulnerabilidad, llevando una cena y compañía la misma noche de Navidad, lo cual se mantuvo por años". Con el fin de llegar a más personas, el año pasado se realizó un domingo en la tarde en doce lugares de Santiago, con 200 voluntarios que atendieron a 700 beneficiarios.

Lo que más le impactó a Paz es la dueña de casa donde llegó. Ella los acogió muy bien, era un cité donde muchos de sus vecinos eran migrantes, y hasta ese día no tenían mucha relación. "Ella tenía la esperanza de que con esta actividad se pudieran conocer más los vecinos, hablar un poco y estaba muy motivada con ese objetivo. Al final de la actividad, mientras ordenábamos, no paraba de agradecer, que todo había resultado muy bonito, que la alegría se veía entre los vecinos. Lo de ella no tenía que ver con un interés propio sino con algo más comunitario". La búsqueda de la unión es la que rescata Paz, lo que va muy en sintonía con lo que es "Navidad en la calle", donde se "busca crear y fomentar espacios de encuentro y fraternidad con personas en situación de vulnerabilidad o exclusión social, pudiendo ser personas en situación de calle, migrantes, hogares de adultos mayores, hogares de menores o comedores, entre otros espacios", señala Ginés Alvarado.

Este año ya se han confirmado ocho lugares para visitar la noche de Navidad, hay 120 voluntarios inscritos y una lista de espera que va creciendo. Cupos que se llenaron más rápido que otros años. Los voluntarios son los encargados de acompañar, de crear actividades acordes a las necesidades del lugar al que llegan, compartir la mesa con pan de pascua, bebidas o lo que tengan, promoviendo un encuentro fraterno. Paz dice que lo que la motiva a participar es compartir, escuchar a otros que viven realidades distintas, salir de lo cotidiano. "Ver una Navidad como debería ser, sin tanto celular, sin tanta tecnología, sin tanta foto, sino que algo más humano, como el compartir comiendo, hablando, la fraternidad entre las personas y el cariño que se pueda generar esa noche", dice. Para este año le pide a Dios que "le ablande el corazón a las personas que corresponde y que los ayude a tomar las decisiones correctas, que sean en beneficio de todos, no sólo de una minoría y que también le desarrolle un poquito más la empatía a toda la gente en general, porque siento que la empatía es la clave para poder desarrollar una sociedad mejor y más justa también, que es lo que queremos todos".

Una cena por la dignidad

El estallido social que vive el país ha generado incertidumbre en las personas. No es solo la violencia instalada sino el no saber qué va a pasar. Los especialistas hablan que el desempleo podría llegar a 10% este fin de año, consecuencia que golpea a las familias chilenas. Esta Navidad, tiempo de esperanza por la venida de Jesús, será complicado para muchos. Por eso, más que nunca, es importante llegar a estas familias y regalarles un buen momento, compañía y dignidad. La campaña "Navidad con el hermano" se realiza hace más de 25 años y partió como una iniciativa de la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, de Los Castaños, en que la comunidad decidió donar cenas navideñas a familias que no tenían los medios para celebrar. Tal fue la acogida y agradecimiento, tanto de los que recibían y de quienes donaban, que el año 2012 la Vicaría Pastoral Social Caritas y un grupo de voluntarios de las parroquias donantes se unieron para coordinar y aumentar el alcance. El año pasado se entregaron 12.042 cenas en 106 comunidades de la arquidiócesis.

Este año el desafío es mayor, hay que intentar cubrir el 100% de las solicitudes que las familias hacen a través de las parroquias receptoras, las que elaboran un catastro y las inscriben con la información de cada una. Luego, las parroquias donantes se organizan para armar las cajas con mucho cariño. En la Zona Cordillera, desde donde surgen principalmente las donaciones, este diciembre muchas de sus parroquias irán personalmente a dejarlas y están organizando convivencias para poder compartir con las familias que las reciben. Escucharse, compartir juntas el verdadero sentido y el amor a Jesús. Ya hay comprometidas 25 parroquias donantes con 10 mil cenas. Pero no alcanzan a cubrir a todas las familias que se han inscrito para recibir su caja, que incluye un pollo y mercadería la que alcanza para familias con tres o cuatro integrantes. Quienes quieran donar pueden hacerlo a través de la página web www.navidadconelhermano.cl .

Las cenas se repartirán el día 23 de diciembre. Cuando celebremos Navidad en unos pocos días más, tengamos en mente a ese "Dios que asume nuestra vida, con todos sus sinsabores y esperanzas, como suya, como la vida de Él mismo. Un Dios que sabrá de dolor, persecución, rechazo y muerte. Un Dios que se acercará a cada sufrimiento para sanarlo y regalar más vida. Un Dios que busca la cercanía y cariño de los amigos. Un Dios que no se queda en la distancia de un cielo, por muy bello que sea, sino que hace de este mundo concreto en el que vivimos, con todas sus virtudes y pobrezas, su casa", dice el padre Jorge Muñoz, vicario de la Pastoral Social Caritas. "Llenémonos del consuelo que el Señor nos quiere dar, y comuniquemos en nuestras palabras y gestos que Jesús mira con agrado todo esfuerzo por una vida más digna para todos y todas; que él está a nuestro lado en ese esfuerzo".