Sábado 12 de octubre de 2019
“Desde ahora nuestras vidas le pertenecen al Pueblo de Dios”
Fueron las palabras de los dos nuevos diáconos en tránsito de la Iglesia de Santiago, quienes este sábado realizaron su profesión de fe y juramento de fidelidad en la Catedral Metropolitana.
Fotos: Omar González
Periodista: Andrea Ruz Dios
Es un día especial para Diego González Ruiz y Benjamín Ossandón Lira. Ha llegado el momento de decirle sí al Señor, y comenzar así el camino previo al sacerdocio. Para la comunidad es una buena noticia: algunos llegaron con carteles, banderas, y regalos. Quieren celebrar juntos la gracia de esta doble orden diaconal.
Diego remonta su memoria al pasado. Cuenta que a los 17 años comenzó a preguntarse por su vocación. Empezó a ir a misas para saber "qué quería Dios de mí", relata. Pero fue luego de terminar su carrera universitaria cuando se dio cuenta de que ese llamado era real. "Me sigo sintiendo muy inmerecido, pero confiado de que el Señor llama a quien Él quiere, no a quien se siente merecedor. Creo que estamos llamados a ser signo de contradicción, en un momento en que la Iglesia, creo yo, que se está purificando, y pienso que en ese proceso, el ir contracorriente es un signo de Dios. Es como si Dios dijera, "yo sé que todo se ve contrario, pero confía en mí", comentó mientras se preparaba para recibir el sacramento.
Junto a decenas de presbíteros y seminaristas de la arquidiócesis comenzó la misa de consagración, que fue presidida el Administrador Apostólico de Santiago, Celestino Aós. "Vale la pena ser buenos diáconos y sacerdotes en esta Iglesia y hoy, esfuércense por ser buenos", dijo a sus hermanos al comenzar su homilía.
Tras ello, los llamó a procurar que la palabra de Dios llegue en plenitud a los fieles: "Nunca nos cansemos de dedicar tiempo y oración a la Sagrada Escritura. Es necesario no acostumbrarse nunca a la Palabra de Dios, sino nutrirse de ella para descubrir y vivir en profundidad nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos. Los pastores son los primeros que tienen la gran responsabilidad de explicar y permitir que todos entiendan la Sagrada Escritura", señaló.
Al continuar la celebración, se procedió al rito de consagración de los nuevos diáconos, comenzando por sus promesas de fidelidad a la Iglesia, donde manifestaron su voluntad de vivir el ministerio.
Posteriormente, los elegidos se postraron frente al altar como signo de entrega y abandono, mientras los fieles, de rodillas, cantaron la Letanía a todos los Santos, para pedir por su intercesión.
Seguidamente, por la imposición de manos del obispo, la oración consecratoria y la entrega del libro de los Evangelios, los nuevos diáconos en tránsito recibieron el sacramento y fueron revestidos por sus padres y familiares, con la estola y dalmática.
Al final de la celebración, Benjamín, quien actualmente sirve en la parroquia San Antonio María Claret de San Miguel, y en la pastoral de drogadicción, expresó: "Gracias a ti Jesús, hermano, amigo, maestro. Gracias porque fuiste haciendo una historia de salvación con nosotros, porque ambos hemos experimentado que tú nos has salvado. De maneras distintas nos llamaste, pero con la misma delicadeza nos fuiste enamorando el corazón. Queremos tener tus mismos sentimientos que te hicieron amigo de publicanos y pecadores, por favor, danos un corazón compasivo".