Sagrado Corazón de Jesús. Fiesta de fe en la capital

"Llevamos meses preparándonos, desde marzo, más o menos, porque aunque esta procesión dure dos o tres horas, tiene mucho trabajo y muchas recompensas espirituales. Lo hacemos con mucho cariño y entrega". Así resume Jeannette Petit, voluntaria en la procesión del Sagrado Corazón de Jesús, lo vivido la tarde de este domingo 30 de junio.

A pesar de las bajas temperaturas, los rostros alegres se multiplicaron desde la Catedral de Santiago hasta la Iglesia de la Visitación de Santa María, puntos que albergaron esta histórica procesión.

Todo comenzó con la Santa Misa en la catedral, presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago, Monseñor Cristian Roncagliolo, quien en su homilía valoró la trascendencia del Sagrado Corazón de Jesús en la vida de tantas personas: "El Señor nos amó primero y nosotros debemos salir a amar primero. A amar con caridad a quienes están más lejos de la Iglesia, incluso a quienes dañan a la Iglesia. Tenemos el desafío de ser apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús y de mostrarle al mundo cuánto nos ama Dios".

La procesión, con cantos y alabanzas de cientos de personas, avanzando por la calle Huérfanos hasta llegar al el Primer Monasterio de la Visitación, vio la llegada de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

Héctor López, de 59 años, cuenta que lleva más de diez años participando de la procesión y que esta década ha sido un ejemplo claro del amor de Cristo en medio de su historia: "Le pido al Sagrado Corazón que siempre reine en mi vida, en mi trabajo y en mi familia. Y en estos diez años he notado enormemente cómo el Señor ha actuado en todos ellos".

Acaba la procesión y una sensación de paz y alegría se percibe en los rostros de los asistentes. A lo lejos se sigue escuchando "¡Sagrado Corazón, en vos confío!".