Escuelas de Verano para anunciar el amor de Dios

El padre Francisco Llanca, vicario de la Zona Centro, señaló que "estas Escuelas de Verano nos permiten encontrarnos, ir descubriendo cómo ir siendo esos discípulos misioneros de Jesucristo, el Señor, e ir enriqueciéndonos desde distintas culturas y experiencias, con todos los hermanos que vienen llegando de distintas partes de América Latina, y animarnos en la fe".

La Eucaristía fue celebrada este jueves 3 de enero, día del Santísimo nombre de Jesús, que, como lo indicó el Arzobispo de Santiago en su homilía, significa "salvador", "redentor", también el nombre de Emmanuel, que quiere decir "Dios con nosotros". Agregó el cardenal que para "la fe de la Iglesia Jesús es el único salvador del género humano", y afirmó que "en nuestra carne frágil, débil y pecadora Cristo ha injertado su vida divina".

Después resaltó que la misión de Jesucristo es hacer presente el amor y la misericordia de Dios Padre, y que "la misión nuestra sigue siendo, en todos los tiempos, pero sobre todo en los tiempos de autosuficiencia y de soberbia, anunciar quién de verdad va a quitar el pecado del mundo: Jesucristo. No hay otro nombre en el cual podamos ser salvados". Luego el cardenal Ezzati recordó que la tarea a la que nos invita el Papa Francisco en esta época de la Iglesia es la de salir "para anunciar la misericordia de Dios", y que "solamente cuando nuestra vida y la vida de la sociedad le hace espacio a Jesús podrá encontrar el sentido verdadero de la existencia".

Finalmente, el pastor deseó que esta Escuela de Verano ayude a todos "a encontrarse más profundamente con Jesús, para descubrir con gozo, con esperanza, que en él tenemos futuro y vida eterna. Que en medio de la oscuridad, de las dificultades, de las críticas, en medio también de la vergüenza por nuestras faltas, no nos falte la fe de los apóstoles". También acogió a los numerosos migrantes participantes, para que se sientan parte de la única santa Iglesia de Dios.

Al terminar la misa, el Arzobispo de Santiago recibió un regalo de los presentes y expresó que "al centro de Santiago no le falte el aporte de todos los laicos y laicas que como comunidad muy unida en forma sinfónica podamos hacer presente el mensaje salvador de Cristo para nuestro tiempo".

Entre los participantes está María Vivanco, de la basílica Corazón de María, quien comentó que "todo misionero se tiene que ir renovando, viendo diferentes vivencias y qué es lo que uno necesita para seguir creciendo en la fe, para llevar esa luz que Cristo quiere que llevemos a donde él no está".

Por otra parte, Jonathan Ponce, de la parroquia San Juan Evangelista, de la Renovación Católica Carismática Juvenil, viene por primera vez a estos cursos y dijo: "Creo que es una buena instancia para prepararse y poder servir de mejor forma al Señor, porque se necesitan muchos servidores que ayuden a los demás, como yo quiero ayudar a mi comunidad".

Esta Escuela de Verano, que comenzó el 2 de enero, funcionará hasta el 11 de este mes.