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Miércoles 19 de diciembre de 2018

Tres nuevos diáconos para nuestra Iglesia

Hasta la parroquia Jesús Obrero llegaron familiares, amigos y sacerdotes de la Compañía de Jesús, para acompañar a Joel Arellano SJ, Blas Caba SJ y Pedro Velasco SJ, en el comienzo de esta nueva etapa en sus vidas.

Fuente: https://www.jesuitas.cl/

El sábado 15 de diciembre, en una eucaristía presidida por Mons. Cristián Roncagliolo, obispo auxiliar de Santiago, fueron ordenados diáconos en tránsito sacerdotal Joel Arellano SJ, Blas Caba SJ y Pedro Velasco SJ.

Los nuevos diáconos

Joel nació en Tepic, Nayarit, México el 13 de julio de 1980. Sin tener mayor cercanía con los jesuitas, colaboró como misionero en las comunidades indígenas del sur de México durante el verano del año 2002 donde nació su inquietud vacacional y sus deseos de mayor entrega a la construcción del Reino de Dios. A partir de febrero del año 2016 llegó al Teologado Interprovincial San Pedro Fabro para los estudios de Bachiller en Teología en la Pontificia Universidad Católica de Chile. A la vez, es destinado a colaborar en el Colegio San Luis Beltrán de Pudahuel, donde confirmó sus deseos a la vida sacerdotal a través de acompañar a los niños y niñas del Movimiento MEJ, la catequesis y el apoyo en diversos retiros y jornadas. Luego de su ordenación diaconal, Joel estudiará para el examen de grado, posteriormente regresará a la Provincia Mexicana para colaborar en lo que se le solicite.

Blas nació el 18 de julio de 1978, en Santiago de los Caballeros, República Dominicana. Ingresó a la Provincia Antillense de la Compañía de Jesús en la ciudad de Santiago, el 16 de agosto del 2009. Fue destinado a teología al Centro Interprovincial de Formación San Pedro Fabro en Chile en el año 2016, realiza sus estudios de Bachillerato en Teología, en la Pontifica Universidad Católica de Chile, periodo en el que trabajó apostólicamente en el Centro Universitario Ignaciano (CUI) en el área de pastoral, acompañando procesos de catequesis de bautismo y confirmación, Talleres de Espiritualidad Ignaciana y diversas misiones de Verano entre ellas Ruta Tirana 2018. Previamente acompañó a la comunidad haitiana de la Parroquia Santa Cruz de la comuna Los Nogales. Actualmente preparara su examen de grado, para rendirlo el año entrante.

Pedro nació el 31 de julio de 1984, en la ciudad de Tacna, Perú. Conoció a la Compañía de Jesús en la parroquia “San Pedro Apóstol” –su querida Vicaría– en donde recibió el sacramento de la Confirmación el 2001 de manos de Mons. Hugo Garaycoa. En 2016 fue destinado a Santiago para estudiar teología en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Durante este tiempo compartió el apostolado con los jóvenes de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX). Este tiempo ha sido de gran aprendizaje y de profunda valoración por la vocación laical ignaciana y del trabajo de colaboración en la misión. Estos dos años han marcado su vocación jesuita y agradece a Dios haber compartido vida y misión en CVX. Luego de su ordenación diaconal, Pedro estudiará el examen de grado para obtener el Bachillerato en Teología, regresará a Perú y se pondrá a disposición de su provincial.

Ser testigos de Cristo

Luego de la liturgia de la Palabra, el provincial de la Compañía de Jesús, Cristián del Campo SJ, presentó a los tres jóvenes, quienes se comprometieron vivir en celibato, a consagrarse a la Iglesia y a obedecer al obispo.

En su homilía, Mons. Cristián Roncagliolo hizo referencia al Evangelio escogido por Joel, Pedro y Blas: la anunciación (Lc 1, 26-38): “Nos conmueve el diálogo entre el ángel y María, que constituye un verdadero proceso de discernimiento. En María se da la acogida al querer del Señor pero también la búsqueda activa de su voluntad. La pregunta, el discernimiento y la opción agitan el espíritu de María que busca encarnar fielmente la voluntad de Dios. Este movimiento interior, también ha de protagonizar la vida interior de los consagrados, cuyo primer servicio es discernir a la luz de la fe, la voluntad de Dios, para que se pueda encarnar en ellos la Palabra”.

El obispo expresó que cuando se acoge una vocación y se acepta el desafío de ser testigo de Cristo, vienen las preguntas, acechan inseguridades, pero reconoció que es una muy buena señal porque los sitúa en el lugar de la fragilidad, y les recuerda que Cristo está en ellos.

Mons. Roncagliolo hizo además un llamado a que los ministros se sitúen desde la realidad mirando al hombre de este tiempo, pero con el corazón en la historia, con los pies puestos en la tierra, movidos por la fuerza del Evangelio que no se encanta por las modas ni doctrinas pasajeras, sino que es una Palabra profética de vida que interpela y propone.

Tras la homilía, Joel, Blas y Pedro fueron ordenados diáconos a través de la imposición de manos del Obispo y de la plegaria de ordenación. Luego, sus familias y los sacerdotes elegidos como padrinos ayudaron a revestirlos con la estola cruzada. Inmediatamente después, Mons. Roncagliolo les entregó el libro de los evangelios, de los cuales estos nuevos diáconos, son mensajeros.

La acción de gracias fue realizada por Pedro Velasco SJ, quien expresó su “alegría por saber que la comunión valora nuestras particularidades y que las integra en un mismo proyecto, la construcción del Reino. Somos pueblo de Dios, uno y diverso. Hoy queremos agradecemos al Señor la diversidad de personas, tiempos y lugares que nos han permitido llega hasta acá. Deseamos agradecer a cada uno y a cada una por acompañarnos en este día de tanta consolación espiritual”. Además, agradeció a las personas que han caminado con ellos en las obras donde han realizado su apostolado estos últimos tres años: el colegio San Luis Beltrán, el Centro Universitario Ignaciano y CVX Jóvenes.

La bendición final fue impartida por Mons. Cristián Roncagliolo junto a la tumba de San Alberto Hurtado, luego de que los nuevos diáconos bendijeran a sus familias.