Inicia Adviento con bendición a embarazadas y vida por nacer

El principal templo católico de la capital  recibió de manera especial a mujeres embarazadas y sus familias en este Primer Domingo de Adviento. Ya es una tradición el que las futuras madres reciban la bendición para sus hijos en gestación, hecho que se repitió también en la mayoría de las parroquias de la Arquidiócesis.

El cardenal Ezzati afirmó en la oportunidad que Adviento es una invitación a mirar la historia, "que para nosotros comenzó con un gesto de amor de Dios Padre, que nos creó a imagen y semejanza suya, en el amor", el cual es un proyecto maravilloso, dijo, pero que no ha faltado la presencia del enemigo, que desde el comienzo miente, engaña. Adán y Eva, al comer del árbol prohibido, es decir, "al querer construirse al margen de Dios, se dan cuenta que lo han perdido todo, que están desnudos". Y se produce el odio, el rencor y la muerte. El pecado, señaló el arzobispo, no solo mata la comunión con Dios, "sino que el pecado mata también la comunión con los hermanos", señaló el obispo.

Pero Dios no se queda en el pecado, dijo el pastor, y le promete a esta primera humanidad la presencia de un Salvador, su Hijo, que renueva "la vida digna en el mundo y en la eternidad de todo hombre y de toda mujer". Por eso, siguió, es posible "superar el mal, el odio, la división cuando le abrimos espacio al Redentor que Dios nos envía". El Adviento también es para preparar la Navidad, en la que el Hijo de Dios "asume nuestra naturaleza humana, para transformarla en una vida de hijos e hijas de Dios, en una vida de comunión".

Además, este tiempo litúrgico "nos invita a mirar hacia el futuro, hacia lo definitivo de nuestra vida, que no es la muerte. La vida humana tiene su último capítulo, el definitivo, en la gloria, junto con Jesucristo", el Reino de Dios, cuando ya "no habrá ni llanto ni luto, sino solamente alegría, gozo y comunión".

El Adviento también es un tiempo para vivirlo en el presente, con la esperanza de que Dios no está lejos de la historia de la humanidad ni de nuestra historia, sino que "Dios siempre viene, y viene para salvarnos", como dice el profeta Isaías. Y para esa venida hay que preparar el camino, como lo afirma Juan el Bautista, "quien nos invita a la conversión. El tiempo de Adviento es siempre propicio para que rectifiquemos nuestros caminos y lo hagamos más conforme con la voluntad de Dios". Finalmente, el cardenal Ricardo Ezzati destacó el rol de la Virgen María en este tiempo, con su disposición a hacer la voluntad de Dios, ya desde antes de su concepción virginal.

La alegre y dulce espera

Mónica Undurraga, Delegada para la Pastoral Familiar, expresó que "el Adviento es una fecha preciosa, porque celebramos la vida que el Señor nos regala. Esta bonita espera, este sí a la vida de cada mamá representa este regalo que el Señor nos hace en cada hijo. Es muy emocionante para la mamá ver que le bendicen su hijo desde antes de nacer. Es muy lindo fijarse en estos tres personajes de que nos habló el cardenal en la homilía, el profeta Isaías, Juan Bautista y la Santísima Virgen. Es un tiempo precioso de esperar juntos la Navidad, que va a llegar el Señor a nuestro hogar y ver qué nos va a traer, qué queremos que nos traiga. El mayor regalo es compartir la vida y decirle "sí" al Señor".

Tamara Aguilera, con cinco meses de embarazo, señaló que "es primera vez que voy a ser mamá, siento mucha felicidad y tengo esperanza de que todo salga bien y que nazca sano, nada más, porque el amor de mi familia lo va a rodear siempre. Todos somos católicos y hemos estado involucrados siempre con la Iglesia. Le encomendamos al Señor esta nueva vida".

Carolina Duque, por su parte, tiene tres meses y medio de gestación y dijo que "vinimos a recibir la bendición para nosotros y para nuestro bebé. Es nuestro primer hijo y estoy muy nerviosa, pero también muy contenta, con harta esperanza de que salga todo bien. Si es hombre, queremos que se llame Iñigo Lorenzo Alfredo, y si es niña, nos gusta mucho Isabela Aída Beatriz".