VED dialogó sobre las conversaciones transformadoras

Los invitados fueron Lorena Contreras, pedagoga, magister en acompañamiento Psicoespiritual, coach ontológico; Basil Darker, diácono en tránsito de los religiosos camilianos y Carolina González, profesora de religión e integrante de la red de acompañantes de la Vicaría de la Educación.

Lorena se encontró con el mundo del acompañamiento a los 16 años de edad, entablando largas conversaciones con una religiosa. Tiempo después, acompañándose con un sacerdote jesuita Lorena se motivó para formarse ella también en este tema y así ayudar a otros. Hoy mira su vida sintiéndose "muy afortunada por encontrar maestros y maestras de acompañamiento, que me han ayudado a mirar el mundo de otra forma".

De joven se le dio como algo muy natural eso de conversar la vida con otro, además descubrió que tenía una gran capacidad de escucha y sabía ser paciente. ""Si la escucha no va acompañada de eso uno se vuelve ansiosa, acelera los procesos", dice.

"Para mí el acompañamiento es una luz en mi camino. He descubierto que va más allá de una buena conversación, es sentirme escuchada y atendida", dice Lorena, quien agrega que lo clave en una buena conversación es aprender a hacer buenas preguntas.

Basil es médico y trabajó tres años atendiendo en el servicio público de salud, desde esta experiencia y ahora como acompañante de personas en situación de enfermedad, expresó que para tener una conversación transformadora con quien se acompaña, "hay que darse tiempo para acercarse a la intimidad de la persona. Cuando escuchas a otro estás pisando terreno sagrado".

"Para acompañar hay que tener capacidad de empatía, conocer el medio donde vive la persona. Nuestro rol es apoyar las decisiones relevantes que las propias personas toman a partir de la situación de dolor. La persona se da cuenta de su condición de necesidad de Dios, empieza a hacer un camino de fe", comentó el religioso.

Por su parte, Carolina González expresó que ser parte de la red de acompañantes de la vicaría ha sido para ella, hacer un "clic" en su propia vida. "Ha permitido ver dentro de mi historia de vida cómo Dios ha ido hurgando la capacidad de escucha y eso ha sido enriquecedor. Me ha ayudado a ver en mi historia de vida que Dios marca".

La profesora explicó que para hacer esa escucha es imprescindible saber escucharse a uno mismo y enfrentar el miedo que a veces eso provoca. Otro punto importante, señaló, es acercarse sin prejuicios y no acelerar los procesos, mirar a los ojos y hacer silencio, "en nuestras conversaciones tenemos que ir con esa pedagogía de Jesús que no apuró el paso".

"Cómo acompañantes de la vicaría la gratuidad es importante. Que los jóvenes se sientan escuchados. El sínodo nos ha invitado a que los tengamos presentes", puntualizó Carolina.

Para los asistentes esta instancia fue muy provechosa, así lo comentó Francisca Cifuentes, de la parroquia San Noberto y de la red de acompañantes VED, "este proyecto me permite acompañar a jóvenes, acá me he sentido más preparada para hacer este servicio, con técnicas para saber qué decir, prepararme psicológicamente para hablar con ellos. Los jóvenes son el futuro, son los que están en nuestras familias y a veces está desorientados, es importante acompañarlos".

Brenda Jamett, encargada del área Acompañamiento y Espiritualidad de la Vicaría de la Educación señaló que con este conversatorio se buscó, "crear un espacio que vaya visibilizando la importancia del acompañamiento, iniciando el diálogo desde la experiencia de las conversaciones que nos transforman. Es para nosotros una iniciativa nueva para impulsar el área acompañamiento y espiritualidad y su servicio de escucha y acogida a todo el ámbito educativo".