Parroquia Santa Isabel de Hungría recibe donativo

En el frontis de la parroquia y junto a trabajadores, agentes pastorales, sacerdotes y novicios de la Congregación Misionera de la Sagrada Familia, el Embajador de Hungría, Miklos Deak y el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, firmaron un acuerdo de donación por parte de la embajada para mejorar y reparar la parroquia ubicada en la zona Oeste.

En la ceremonia, el padre Cristian Cárdenas, párroco de Santa Isabel de Hungría, junto con valorar el aporte de la Embajada de Hungría, recordó con emoción los lamentables hechos acaecidos en enero de este año que sirvieron para unir a la comunidad y ver el inmenso cariño de los vecinos: "A través de este acto, estamos dando testimonio a los jóvenes de cómo se enfrentan los momentos difíciles en la vida de la iglesia y en la comunidad religiosa. Nosotros como cristianos hemos vivido procesos donde los problemas no están exentos para llegar a consagrarnos a Dios. Por eso, esto es más que un símbolo, sino que es un testimonio de fe".

El Embajador de Hungría, Miklos Deak, por su parte, también condenó los incidentes que dañaron a la parroquia, pero valoró el poder dejar en las manos de Dios este tipo de dificultades: "Para mí es un gran honor estar representando la Embajada de Hungría con este aporte para la reconstrucción. Ustedes saben que Hungría es un país cristiano, por lo tanto, estamos siempre presente en la defensa de los católicos en el mundo y tomamos muy en serio los ataques contra el cristianismo y la Iglesia católica".

Luego añadió: "Por eso, cuando supimos que hubo un ataque imperdonable contra esta iglesia indefensa durante la noche, tuvo mucha repercusión en la prensa húngara, sobre todo con la santa preferida como es Santa Isabel, entonces nuestro gobierno tomó la decisión de destinar una ayuda financiera para su reconstrucción".

Por último, el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, extendió el saludo y los agradecimientos: "La fe no es algo que interese de manera individual, sino que está llamada a transformarse en un estilo de vida, en una cultura, que de verdad sirva a todas las personas y a todos los países. Hungría nos da un gran ejemplo de ello".

Todo culminó con un recorrido por las obras para ver los avances y mejoras, para luego, realizar un compartir fraterno organizado por la comunidad parroquial de Santa Isabel de Hungría.