Martes 3 de abril de 2018
Vicaría para la Educación: Retiro en clave sinodal
En medio de la ciudad, pero sumergidos en el silencio de la casa de la Congregación Misioneras Siervas del Espíritu Santo, 50 jóvenes vivieron el retiro de Semana Santa organizado por la Vicaría para la Educación.
Periodista: Lorena Martino
Se trató de jóvenes de diferentes instituciones de educación superior de Santiago que se internaron a vivir el Triduo Pascual, en un encuentro que tuvo como lema "Abraza mi cruz y seamos protagonistas".
En las jornadas vivieron momentos de oración personal y comunitaria, con el objetivo de experimentar con profundidad el encuentro con Cristo, siendo testigos de su Pasión, Muerte y Resurrección.
Una tradición que lleva cerca de 40 años generando espacios para que los jóvenes puedan reflexionar en torno a Jesús y su fe.
El padre Andrés Moro, vicario para la Educación, fue quien presidió las liturgias. "Ahora lo hicimos en medio de la ciudad, que es un signo de este caminar de ser jóvenes urbanos. Queremos evangelizar a esta gran masa de jóvenes, estudiantes y académicos que hay en el mundo de la educación superior de Santiago", dijo.
El contenido del retiro incorporó en sus lineamientos el mensaje entregado por el Papa Francisco en su visita a Chile, en clave del Sínodo de Jóvenes, que la Iglesia de Santiago vivirá este año. "Este retiro se enmarca en el Sínodo para aprender a escucharnos entre jóvenes y adultos, pero sobre todo escuchar al Señor, lo que nos quiere mostrar. Esto nos desafía a ser un modelo y un camino para que muchos jóvenes puedan descubrir una vocación que contemple su fe, su vocación futuro profesional y su vida de creyentes como hombres y mujeres integrales", señaló el vicario.
Por su parte, Ghislaine Fuentes, de la Pastoral de Educación Superior y a cargo del retiro, explicó los principales desafíos del encuentro: "El objetivo es propiciar el encuentro con Cristo. Este retiro se caracteriza por tener espacios de oración personales y comunitarios. Además está en línea con el sínodo, porque queremos ver el tema del protagonismo de los jóvenes y también la pregunta que les dejó le Papa Francisco en su visita de ¿Qué haría Cristo en mi lugar?".
Continuó: "La idea es que salgan con la pregunta y se vayan con herramientas de discernimiento que les ayuden a identificar esto, que no sea algo al aire, sino que lo apliquen en la vida y se queden con la incertidumbre de qué es lo que están haciendo o cómo están respondiendo al llamado de Jesús en lo cotidiano".
En las jornadas, los jóvenes tuvieron la oportunidad de contar con las meditaciones dirigidas por Bernardita Zambrano, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús y el padre jesuita, Román Guridi.
Resucitó, también en sus corazones
Carla Espinoza es profesora de historia, tiene 26 años y es tercera vez que participa del retiro: "Aquí uno viene a acompañar a Jesús y a encontrarse con uno mismo que en el año es bien difícil. Es la oportunidad en que uno puede respirar, parar un poco y concentrarse en la fe, porque el contexto lo permite. Este respiro incluye, reír mucho, llorar a veces, el encuentro con el madero de la cruz, con la alegría de la resurrección. Es como que yo puedo darle un abrazo a Jesús en su sufrimiento, lo que hacemos es acompañarlo con todo el corazón, incluso con nuestros pecados y dolencias".
Esteban Rebolledo es titulado de pedagogía en Música de la UMCE y también participa hace tres años de las jornadas: "El tema de retirarse y vivir Semana Santa las 24 horas del día es una oportunidad que no se da en todos lados. Acá la posibilidad de vivir tres días y medio completamente enfocados en torno al tiempo litúrgico más importante de la Iglesia es una oportunidad muy rica. La adoración al Santísimo siempre es un regalo muy lindo de harta paz y en general cuando miras al lado y te encuentras con un joven que está emocionado eso es lo que te llena, es darte cuenta que la gente vive en más personas".
José Cortés, en cambio, es psicólogo de la Autónoma y participa de una parroquia salesiana de Macul, para él fue su primera experiencia: "Para mí Semana Santa es el hito del año, es lo que más espero, es una semana que me llena mucho, me renueva y me confronta a la vez. Se evocan muchos sentimientos y es necesario para mí estar sirviendo. Es valorable encontrarse con otras personas y ver el tema de la vocación".