Seminario profesores de religión 2018

El objetivo del seminario, que se realizó el 3, 4 y 5 de enero, fue reflexionar sobre las implicancias pedagógicas que tiene para la enseñanza religiosa el actual contexto eclesial y educacional. Esto, en relación al lugar de la clase de religión en la definición de nuevas bases curriculares.

El primer día de reflexión sobre la clase de religión en el currículo nacional, estuvo centrado en la ponencia de Alejadra Arratia, jefa de la Unidad de Currículo y Evaluación del MINEDUC. En esta línea, a la luz del proceso de renovación de las bases curriculares para 3º y 4º medio, se trabajó por el lugar y relevancia de la clase de religión en este nuevo planteamiento, dejando claro que el aporte de esta clase puede ser muy significativo.

La segunda parte permitió trabajar, a partir de la ponencia de Patricio Avello, el contexto juvenil, reflexionando sobre lo que piensan los jóvenes hoy día.

El segundo día, se trabajó para buscar pistas de gestión curricular para la educación religiosa escolar católica (EREC), desde diferentes enfoques que coexisten en la práctica. De esta manera cuatro profesores, de distintos establecimientos, presentaron cuatro enfoques de clases de religión: Una centrado en el discernimiento ético y religioso; otros en la aplicación de la EREC en sectores vulnerables, otro centrado en el descubrimiento del sentido de la vida y finalmente uno centrado en lo teológico (teología fundamental).

Eladio Durán, profesor del liceo Carmela Carvajal, por ejemplo, señaló: "Yo conté una experiencia de aplicación del modelo de la clase de religión, expliqué en 20 minutos. Nosotros tenemos dos modelos, las niñas que toman clase de religión y moral y otro grupo que toma clases de taller para la vida, que es de ética. En ambos tenemos un piso de discernimiento ético, una base que responde a lo que pide la ley. Cuando pensamos en fusionarlos, las niñas reclamaron porque para ellas era importante la formación integral y no querían perder la clase de religión".

Otro expositor fue Marco Antonio Labarca, profesor del colegio María Auxiliadora de Santiago, quien presentó el eje fundamental de la asignatura: "Hice una correlación de la integración de las clases de religión a las bases curriculares del ministerio de Educación para tercero y cuarto medio. En este sentido me centré en cómo las clases de religión son un aporte, como un elemento articulador, que desarrolla habilidades y competencias que piden las bases curriculares", dijo.

Pese a los distintos enfoques, ambos señalaron que las clases deben ser coherentes, considerando el contexto juvenil y educativo, propiciando el despertar religioso en los estudiantes desde la centralidad de la persona de Jesucristo.

El tercer día se trabajó el aporte de la educación religiosa católica a una educación integral. En esta jornada, el padre Andrés Moro, vicario para la Educación, entregó palabras de aliento de los retos que vienen para este 2018: "Queremos hacer un acompañamiento a los desafíos que está viviendo hoy la educación y en concreto la educación de religión. En el contexto educativo, estamos cada vez más hablando de habilidades, las reformas apuntan hacia ese lado, hacia la integralidad y eso incluye el desarrollo espiritual, es ahí donde los profesores tienen mucho qué decir".

Seminario de continuidad con el proceso que lleva la Vicaría para la Educación, que busca ser un apoyo a la formación continua de los profesores de religión.