Martes 5 de diciembre de 2017
Fieles de Las Condes recibieron la Confirmación
En un templo repleto de feligreses, 32 jóvenes adultos de la parroquia Santa María de Las Condes recibieron el sacramento de la Confirmación de manos del Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati.
Fotos: Omar González
Periodista: José Francisco Contreras
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
Al comienzo de la Eucaristía, el párroco, padre Nicolás Achondo, dio la bienvenida al pastor y le señaló la preparación que tuvieron estas personas. Luego, en la homilía, el cardenal Ezzati se refirió al Evangelio de este domingo XXXI del año, en el que Jesús reprocha a los jefes israelitas por tener posturas externas de piedad, "pero con el corazón lejos de Dios". Y afirmó: "La fe no consiste en observar algunas normas externas de carácter sociológico, sino que la fe significa encontrarse diariamente con el Señor".
La fe se vive en comunidad
Luego, dirigiéndose a los confirmandos, el pastor les recordó las dimensiones fundamentales de nuestra fe: "Experimentar que Dios es nuestro Padre", por lo que la vida del cristiano, dijo, "está llamada a desarrollarse en la confianza y en la esperanza, en la certeza de que no estamos abandonados a nuestra suerte". La otra dimensión de la fe es la vida en comunidad, señaló. "La fe que ustedes renuevan en el día de hoy es la fe que se fundamenta en Jesucristo, que nos ha querido comunidad, en la que ser hijos se vuelve en ser hermanos. Por eso, si de verdad quieren vivir al fe como cristianos, tienen que vivirla en la comunidad, en la comunidad de la Iglesia".
Y en tercer lugar, precisó el cardenal Ezzati, el Espíritu Santo se da para la misión de la Iglesia, que es "hacer presente el reinado de Jesús, de paz, de justicia, de amor", en una sociedad chilena en la que ha aumentado la increencia, especialmente entre los jóvenes, "porque nosotros, los adultos, no hemos sido capaces de transmitir convenientemente la fe. De la increencia de los jóvenes nosotros somos responsables. ¿Cómo transmitimos la fe en nuestras familias, en nuestra Iglesia diocesana, en nuestras escuelas y universidades católicas?".
Después de estas palabras, el Arzobispo de Santiago tomó la renovación de las promesas bautismales y profesión de fe de los confirmandos y procedió a transmitirles el don del Espíritu Santo a través de los signos sacramentales de la imposición de manos y de la unción con el crisma consagrado.