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Miércoles 22 de noviembre de 2017

Formadores se certificaron en Prevención de abusos

El curso, fue dictado por la Universidad Gregoriana de Roma, gracias a un convenio con el Arzobispado de Santiago.

Fotos: Luis Parraguez

Periodista: Andrea Ruz Dios

A través de un espacio virtual de enseñanza, 12 formadores de la Arquidiócesis de Santiago se certificaron en prevención de abusos, gracias al apoyo del Centro de Protección a Menores de Edad perteneciente a la Facultad de Psicología de la prestigiosa Universidad Gregoriana.

El curso fue solicitado por la Vicaría Pastoral, a través de su departamento de Prevención de Abusos y Promoción de Ambientes Sanos, respondiendo a los lineamientos del documento “Cuidado y Esperanza”, emanado por la Conferencia Episcopal de Chile para tratar los casos de abusos sexuales a menores de edad.  

“La prevención de abusos, para nosotros como Iglesia de Santiago, quiere ser una actitud permanente y está incluido dentro de nuestro trabajo pastoral. Realizar este curso ha sido importante porque ha permitido capacitar a un número importante de agentes pastorales que acceden a un diplomado otorgado por una de las universidades de más prestigio de la Iglesia. Nosotros supimos de la posibilidad de hacer este acuerdo, nos pusimos en contacto con la casa de y ellos accedieron de una manera inmediata, dándonos la oportunidad de participar”, comentó Monseñor Héctor Gallardo, Vicario Episcopal para la Pastoral.

El taller dividió sus contenidos en ocho módulos realizados de manera e-learning, que incluyeron además la realización de una clase magistral de cada unidad, realizada por un experto nacional en cada temática.

Paulina Pérez, Jefa de Prevención de Abusos del Arzobispado, comentó que “tras la realización de este curso  nuestros formadores zonales están preparados para capacitar a la comunidad de la Iglesia en temas de prevención”, lo que permitirá continuar con el trabajo realizado por la vicaría, que a la fecha ha preparado a más de seis mil personas en esta área.

Tras el convenio, la Iglesia de Santiago pasa a ser una entidad colaboradora de la institución académica de Roma en temáticas de  prevención.