Encuentro fraterno de sacerdotes enfermos y ancianos

En la actividad, que se realiza todos los años, participaron también monseñor Galo Fernández, Vicario para el Clero, y otros diversos sacerdotes invitados.

Durante la mañana, intervino el cardenal Ezzati, quien se refirió al magisterio del Papa Francisco, en el cual se repite la palabra "alegría": la alegría del Evangelio, la alegría del amor, la alegría de ser discípulos misioneros de Jesús. "Nuestra vocación es una vocación de elección", dijo, refiriéndose a la carta de san Pablo a los romanos. Y agregó: "Nuestra vida sacerdotal es, de verdad, una gracia inmensa, un don inmenso, gratuito, que nos supera por todos lados". Precisó luego que a veces el gozo del ministerio "pasa por momentos de cruz, por una entrega que nos incomoda", en los cuales también es necesario buscar la alegría del sacerdocio.

Más adelante, comentó a los presbíteros hospedados en este hogar el trabajo actual de la arquidiócesis, como la preparación al sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional y un material pastoral que prepara la Vicaría de la Esperanza Joven para transmitir el Evangelio a los jóvenes, tomando en cuenta el nuevo lenguaje juvenil. Reconoció el cardenal que esto no es fácil, y que de hecho, como lo señala la encuesta Bicentenario, se aprecia un abandono de la fe de parte de los estratos más jóvenes de la sociedad. Sin embargo, destacó también que ha habido hitos muy positivos, como la reciente peregrinación a Los Andes, con la participación de alrededor de 80 mil jóvenes.

Igualmente, informó a los sacerdotes mayores presentes sobre los preparativos para la visita del Papa Francisco, en enero del próximo año y los invitó a estar en el encuentro del Pontífice con los religiosos y clero de Santiago en la Catedral Metropolitana.

Después de este encuentro fraterno, que incluyó un diálogo con el pastor, los presbíteros que se hospedan en esta casa y los invitados celebraron la eucaristía junto al arzobispo y a monseñor Galo Fernández. En su homilía, el cardenal Ezzati destacó la importancia que como presbíteros de la arquidiócesis trabajen permanentemente "los vínculos de amor fraterno en Cristo, de unidad, de comunión, y los vínculos de la misión de la Iglesia que todos estamos llamados a realizar, desde las condiciones muy concretas de la vida de cada uno". Los llamó a sentirse de verdad inmersos en la vida de la Iglesia "como partícipes de su misión, aportando la originalidad de la gracia que el Señor nos concede en cada momento de nuestra vida".