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Lunes 16 de octubre de 2017

Iglesia celebró a Comunidades Cristianas de Base

"Experiencias Comunitarias que humanizan la Gran Ciudad", ese fue el lema de la jornada que festejó el día de quienes trabajan al servicio de sus parroquias en las distintas comunidades de Santiago, con el objetivo de renovar su labor evangelizadora como cimientos de la Iglesia y ser portadores de la palabra de Dios.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Lorena Martino

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl

En el gimnasio de la sede Santiago de la Universidad de Valparaíso, a un costado de la parroquia San Antonio María Claret, más de 50 mesas acogieron a los 400 agentes pastorales en una celebración que pidió al Espíritu Santo por el nacimiento de más signos comunitarios humanizantes en medio de los barrios de Santiago.

Monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario de la zona Sur, comenzó la celebración saludándolos. "Gracias por ser profetas de esperanza, ustedes humanizan la ciudad llevando el don de la paz, gracias por creer en la vida comunitaria, en una sociedad donde prima el individualismo. Felicidades en su día."

Luego de un momento orante, los asistentes, divididos en grupos de seis personas, reflexionaron entorno a diversas preguntas. El grupo 26, animados de sus experiencias discutieron sobre cuáles son los abatimientos y angustias que viven las personas en nuestra ciudad, frente a ello dijeron:

"Tenemos muchas más herramientas para enfrentar el materialismo, la soledad, la delincuencia y todas esas cosas que angustian a las personas". "Tenemos suerte porque a muchos les falta la fe, cuando alguien tiene problemas, no los puede enfrentar, porque se siente abandonado". "Esas angustias también vienen de nuestra falta de compromiso y misericordia. Nosotros somos los primeros en enviar imágenes negativas, porque a veces cuando vamos a misa, a veces ni siquiera somos capaces de saludarnos a nosotros mismos, darnos la paz o mirarnos".

Finalizado el momento de diálogo, con un macetero y semillas que simbolizan el Reino, se dio la bienvenida a las nuevas comunidades, quienes fueron acogidas y bendecidas por las antiguas.

Sandra Osorio, una de las apadrinadas, pertenece a la parroquia San Antonio María Claret y a la comunidad folclórica claretiana. Para ella el compromiso marca su desafío como agente de comunidad cristiana de base: "Quiero poder sembrar lo que escuchamos, poder influir y traspasar a nuestras comunidades esta experiencia y llevarlo a la vida diaria y vivir en la alegría del Señor, que en mi caso es a través del baile. Es primera vez que me involucro en una comunidad y de a poco le hemos dado sentido a la alegría que vivimos", señaló.

Y como todo cumpleaños se celebra, los asistentes cantaron cumpleaños feliz en su día y compartieron con los presentes.

Finalmente se les hizo el envío a sus comunidades para cosechar las palabras y experiencias de la jornada.