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Artículo

Martes 15 de agosto de 2017

Asunción de María y Día Vida Consagrada en la Iglesia de Santiago

Este martes 15 de agosto, en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, la Iglesia de Santiago celebró el día de la vida consagrada, con una eucaristía presidida por Monseñor Jorge Concha, Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario Episcopal para la Vida Consagrada, en la parroquia Jesús Obrero, en la zona oeste.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Marcela Maldonado

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl

La misa fue concelebrada por gran número de sacerdotes entre ellos el Padre Héctor Campos, Presidente de Conferre, el Padre Pablo Walker, Capellán del Hogar de Cristo, el Padre Fernando Montes y el Vicepresidente de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosos, Padre Alberto Luna.

Al inicio de la celebración, el Padre Héctor Campos recordó a los religiosos y religiosas de Venezuela y pidió para que la vida consagrada "siga siendo un lugar de esperanza, de reconciliación de paz". Luego, compartió con la comunidad la carta enviada por el Cardenal Ricardo Ezzati saludando a todos los religiosos y religiosas de la arquidiócesis en la que expresó un cariñoso mensaje. "El señor les inspire para que en fidelidad al carisma que han recibido como un don, sigan siendo testimonio profético que anuncia la buena noticia del evangelio", expresó el cardenal en su carta.
En su homilía el monseñor Jorge Concha recordó la Asunción de María al cielo, refiriéndose a ella como "una fiesta de esperanza en la que damos gracias a Dios por la vida consagrada en la iglesia en Santiago", en donde existen alrededor de 1800 religiosos dijo el obispo.
Aludiendo a las distintas expresiones de servicio de la vida religiosa y consagrada, el obispo reconoció su variedad carismática y agradeció "por el servicio a la evangelización, a la educación, por el servicio a los pequeños más queridos del Señor, por los niños enfermos, abandonados, adultos mayores descartados por nuestra sociedad, madres en dificultades hombres y mujeres en centros penitenciarios". También resaltó a quienes acompañan a personas y familias, "acogiendo a hermanos migrantes, a los que sirven en más de 100 comedores, a los comprometidos en la defensa y promoción de los derechos humanos, en el cuidado de la casa común, animando grupos de oración, en la vida contemplativa y en la oración. Hoy recordamos a María que anima con su ejemplo a los discípulos y ayuda con su intercesión a los discípulos de su hijo".

El obispo continuó, destacando tres aportes de la vida religiosa para la iglesia. En primer lugar señaló la alabanza y acción de gracias, "el religioso y consagrado también tienen una alegría que contar, la de un encuentro personal con Dios, esta experiencia impactante es motivo de paz y gozo espiritual. Dar testimonio de ese encuentro personal y comunitario es significativo en nuestro tiempo".

Otro aporte, dijo el pastor, es la fraternidad, "es el vinculo que une a los que siguen al Señor. Es un signo del reino que evidencia el mandamiento del amor, hace posible el diálogo, la solidaridad y posibilita relaciones de justicia". Por último destacó la misión evangelizadora, todo cristiano es misioneros es en la medida que se ha encontrado con el amor de Dios en Jesús. Los votos son alianza, vínculo de amor y hacen más libre para disponerse al servicio del reino. Que nuestra vida religiosa se renueve constantemente con la ayuda de la gracia de Dios".

La eucaristía finalizó con la peregrinación desde la parroquia a la tumba del padre Hurtado. Recordando el testimonio del santo chileno, de una vida donada al Señor, monseñor Jorge Concha dio a bendición a los presentes.

Religiosos y religiosas asistieron a esta celebración, una de ellas fue Ana Aguilar, de la congregación Hijas de María Auxiliadora quien señaló, "el sentido de este día es de unión con la iglesia como servidora, con el llamado y carisma que el Señor nos ha dado. Como religiosas vivimos este día con la alegría de servir y abriéndonos cada vez más a dar respuesta a la iglesia de hoy".

Tomás Villalobos, de la congregación de los Clérigos de San Viator, destacó particularmente en la celebración "el mensaje de la fraternidad como signo de la vida religiosa para la iglesia y para el mundo, una comunidad que integra, en segundo lugar la evangelización que hoy que tiene que ser fuertemente testimonial para llevar a Jesús donde hace falta".