Padre Marek Burzawa celebró 25 años de sacerdocio

La misa fue ofrecida por el padre Julio Caro, párroco de San Pablo, quien pidió a Dios por el padre Marek: "Protégelo, bendícelo, para que sea cada día un buen pastor, un santo pastor. Que la comunión de todos los sacerdotes de la Zona Centro nos ayude a ser una Iglesia de comunión sinodal, para hacer presente el Reino de Dios en esta querida porción de la gran ciudad de Santiago". También dio gracias especialmente por la opción de servicio a la familia y a la misión hoy en la Iglesia del religioso polaco.

En su homilía, el padre Marek confesó que uno de los temas que más le ha apasionado en su vida es la misión: "Somos llamados a dar a conocer al mundo el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, llamados a ser testigos del Señor, que es la misión de todo bautizado". Más adelante expresó su gratitud al Señor "porque entre tantos hombres del mundo y a pesar de tantas debilidades e imperfecciones, Jesús, en su infinita bondad, se ha fijado en mi persona llamándome a su servicio".

Junto con agradecer a todos quienes ha intervenido en su vida apoyándolo en este ministerio, el padre Marek pidió perdón "por todas mis imperfecciones, por tantos errores cometidos. Hoy día, más que nunca, creo en la bondad, en la misericordia de nuestro Señor". Pidió rezar siempre por los sacerdotes, "para que seamos siempre pastores según el corazón de Dios".

Al final de la eucaristía, el cardenal Ezzati expresó al padre Marek la gratitud de la Iglesia en Santiago por el ministerio desarrollado como párroco, superior provincial de su comunidad religiosa, como vicario para la pastoral de la familia y en este último tiempo como vicario episcopal de la Zona Centro. "Queremos agradecerle y encomendarlo al Señor para que lo que ha sembrado en estos 25 años de ministerio sacerdotal fructifique abundantemente en el corazón de los fieles que han podido experimentar su celo pastoral, su cercanía y su sabiduría de pastor".

También el arzobispo agradeció a la comunidad religiosa de los Misioneros de la Sagrada Familia "por poner a disposición de nuestra Iglesia un hermano valioso, que con generosidad ha prestado innumerables servicios a la vida eclesial de Santiago".

Al comienzo de la misa, un grupo de 26 agentes pastorales acompañó la procesión de entrada portando 26 velas, que hicieron presente a las 26 parroquias de la Zona Centro de Santiago.