Jueves 1 de junio de 2017
¿Guerra mundial a pedazos?
Han sido semanas agitadas y violentas. Bombardeos en Siria, atentados en Egipto e Inglaterra. Vientos de guerra en Asia, violencia y muerte en Venezuela. En medio de ese escenario el Papa Francisco se ha reunido con líderes del mundo, entre ellos Donald Trump. A ellos ha llamado a detener una “terrible guerra mundial a pedazos” con las armas del diálogo, la esperanza y la confianza. Aquí los gestos del Papa y la mirada de expertos que hablan de cómo comunicar la paz en estos días.
Fotos: Nibaldo Pérez
Periodista: Víctor Villa
Fuente: Periódico Encuentro
Link fuente: http://www.periodicoencuentro.cl/junio2017
En 1963, plena guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, san Juan XXIII, "El Papa Bueno", sorprendió al mundo con un imperioso llamado a la paz a "todos los hombres de buena voluntad". Hoy 54 años después, Francisco clama: "El mundo debe detener a los hombres de guerra. Porque los inocentes siempre son los que pagan el precio". Estas fueron las palabras del Papa en una entrevista publicada en abril por el diario italiano La Repubblica. "Como he dicho en el reciente mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, el siglo pasado fue devastado por dos guerras mundiales mortales, ha conocido la amenaza de la guerra nuclear y un gran número de otros conflictos, mientras hoy por desgracia somos presa de una terrible guerra mundial a pedazos", señaló. Con firmeza, Francisco agregó: "Pido más fuertemente que haya paz en este mundo dominado por traficantes de armas que se benefician de la sangre de mujeres y hombres", añadiendo: "La violencia no es la cura para nuestro mundo destrozado".
Una interpelación que ha repetido varias veces, y en donde asigna a los comunicadores un rol fundamental. "Quisiera exhortar a todos a una comunicación constructiva que, rechazando los prejuicios contra los demás, fomente una cultura del encuentro que ayude a mirar la realidad con auténtica confianza. Por lo tanto, quisiera contribuir a la búsqueda de un estilo comunicativo abierto y creativo, que no dé todo el protagonismo al mal, sino que trate de mostrar las posibles soluciones, favoreciendo una actitud activa y responsable en las personas a las cuales va dirigida la noticia", fue la invitación extendida por Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2017.
Francisco y el Presidente Trump
Aun cuando los medios han hecho patente las diferencias del Santo Padre y el presidente de Estados Unidos –especialmente en materia medioambiental e inmigración- fue la Santa Sede la que buscó abrir los caminos de diálogo para concretar la reunión entre ambos líderes. Finalmente, fue la mañana del miércoles 24 de mayo cuando Francisco y Trump se dieron la mano. Atrás quedaban rumores que hablaban que el presidente estadounidense cancelaría la cita, o las dudas del encuentro ante la nula solicitud de la Casa Blanca de pedir el encuentro a tan sólo tres semanas del viaje de Trump a Roma. Sería decisiva la señal del Pontífice, quien tras volver de su viaje a Egipto y consultado por la posible reunión, comentó: "Recibo a todo jefe de Estado que pide audiencia".
Respecto del encuentro, la Oficina de Prensa de El Vaticano informó que "durante las cordiales conversaciones, se ha expresado la satisfacción por las buenas relaciones bilaterales que existen entre la Santa Sede y Estados Unidos de América, además del común compromiso a favor de la vida y de la libertad religiosa y de conciencia". Además, el Papa y Trump habrían "manifestado el deseo de una colaboración serena entre el Estado y la Iglesia Católica en los Estados Unidos, comprometida en el servicio a la población en los campos de la salud, la educación y la asistencia a los inmigrantes. Las conversaciones también han permitido un intercambio de puntos de vista sobre algunos temas relacionados con la actualidad internacional y con la promoción de la paz en el mundo a través de la negociación política y el diálogo interreligioso, con especial referencia a la situación en Oriente Medio y a la tutela de las comunidades cristianas", concluyó el comunicado de El Vaticano. Los regalos que ambos líderes intercambiaron también comunicaron. Francisco entregó una placa de bronce con el símbolo del olivo. "Con mis mejores deseos para que usted pueda ser un árbol de olivo para hacer la paz", dijo el Papa, al tiempo que mostraba la fractura de la imagen que representa "la división de la guerra", añadió.
Además, Francisco le entregó al presidente Trump el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2017 y los tres documentos de su Pontificado: "Uno es sobre la familia (Amoris laetitia), otro sobre la alegría del Evangelio (Evangelii gaudium) y el tercero sobre el cuidado del medio ambiente (Laudato si')", le explicó. "Voy a leerlos", le respondió Trump. Por su parte, el presidente norteamericano le regaló al Papa algunos libros de Martin Luther King. "Espero que los disfrute", le dijo.
Siria, Egipto y los refugiados
En el tradicional mensaje "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo) que el Papa dirige en Domingo de Pascua, Francisco imploró a Dios por la paz en Oriente Medio y en Siria. "Que conceda la paz a todo Oriente Medio, especialmente a la Tierra Santa, como también a Irak y a Yemen", declaró, tras haber mencionado una vez más el drama de Siria donde la población civil es "víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte". El Pontífice también le pidió a Dios que otorgue "a los representantes de las naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y acabar con el tráfico de las armas".
Fray Michael Perry, ministro general de los franciscanos a nivel mundial, visitó Chile semanas después de ese viaje del Papa, y habló de la posibilidad de que la Iglesia de Santiago reciba a refugiados sirios: "He estado hace unos días en Alepo y en Damasco. Allí se vive una situación muy trágica. Para cristianos, musulmanes, todos los habitantes de Siria. Todos los cristianos debemos incluir al pueblo sirio en nuestras oraciones para pedir por la paz. También necesitan de otro tipo de apoyo, económico por ejemplo, institucional para responder a esta emergencia. Necesitamos un mayor espíritu de solidaridad y acogida de todos los países, donde es posible recibir refugiados. Debemos abrir las puertas y así dar testimonio de nuestra fe". A fines de abril, el Santo Padre visitó Egipto.
Un viaje marcado por los atentados contra dos iglesias coptas que costaron la vida a 44 cristianos durante la Fiesta de la Pascua de Resurrección en la Ciudad de El Cairo. Durante su visita el Papa fue el principal orador de la Conferencia Internacional para la Paz, donde expresó: "Estamos llamados a caminar juntos con la convicción de que el futuro de todos depende también del encuentro entre religiones y culturas". Días después del viaje, el Papa agradeció al presidente de Egipto, al patriarca copto ortodoxo, al gran imán de Al-Azhar y al patriarca copto católico, quienes, dijo, "pusieron un empeño extraordinario para que este evento pudiera ser un signo de paz para Egipto y para toda aquella región, que lamentablemente sufre por los conflictos y el terrorismo", recordando que "los cristianos, en Egipto como en toda nación de la tierra, están llamados a ser levadura de fraternidad" Antony Gutiérrez Rubi, experto español en comunicación digital aplicada a la política, destaca el rol de la Iglesia en medio de los conflictos globales: "La guerra siempre es un fracaso, un fracaso de la palabra y de la paz. Por lo tanto, una de las cosas que veo que puede hacer la Iglesia Católica es demostrar que la palabra siempre es una oportunidad, y también su capacidad mediadora. Como periodistas cristianos hay que fomentar la palabra de que la guerra es un fracaso, hay que trabajar en el valor del diálogo como el elemento imprescindible más que la proclamación".
Por ello no es de extrañar que en el "Video del Papa" de junio el Santo Padre haya convocado por las redes sociales a orar "por los cristianos de África, para que den un testimonio profético de reconciliación, de justicia y paz, imitando a Jesús Misericordioso". Registro audiovisual que en menos de dos semanas contaba con más de 100 mil reproducciones en Facebook y YouTube, sólo en su versión en español.
La larga tensión entre las Corea del Norte y del Sur
Junto con el conflicto sirio, la escena internacional de las últimas semanas ha puesto su mirada en una potencial nueva guerra en Asia oriental. Corea del Norte no ha cesado en sus pruebas de misiles. Estados Unidos mueve a gran parte de su fuerza naval a las costas entre las Corea, China y Japón. A eso se suma una crisis política en Corea del Sur, que ha llevado al católico Moon Jae-in, del Partido Democrático, a convertirse en el decimonoveno presidente de la República, en una votación en la que participó el 77% del electorado, todo un récord para los últimos 20 años. Recién asumido, Moon dijo que afrontará el conflicto del programa nuclear norcoreano aceptando un sistema de defensa estadounidense en su territorio.
Además, reabrirá las negociaciones en las relaciones con el Norte, con la reapertura del complejo industrial de Kaesong, más allá de la frontera, zona de producción económica y fruto de la cooperación entre el Norte y el Sur. Esta zona industrial fue cerrada por la presidenta Park, que salió en medio de escándalos de corrupción. Los obispos católicos surcoreanos expresaron su satisfacción por las señales de diálogo dadas por Moon y le han pedido ser "un líder que recorra el camino verdadero de la paz y de la justicia, dando valor a tales principios, incluso en los momentos de confrontación", llevando a cabo "la paz en la península coreana, arraigando profundamente la democracia en nuestra tierra".
Sobre este conflicto, monseñor Alejandro Goic, obispo de Rancagua, expresa: "En primer lugar, creo que es necesario rezar para que Dios convierta los corazones de quienes tienen tanto poder que pueden dañar a toda la humanidad. En segundo lugar, creo que es necesario acoger las palabras del Papa Francisco y su llamado a la paz. Creo que los medios de comunicación, y especialmente los de tendencia cristiana, deben llamar permanentemente a la paz. Con la paz se gana todo y al revés, con la guerra se destruye todo. Lo que hoy pasa entre Corea Norte y Estados Unidos tiene una gravedad inmensa, porque si una de las dos partes quiere ser agresiva, pareciera que ambos tienen instrumentos nucleares que traerían el caos. Entonces, rezar y gritar una y mil veces que con la paz se gana todo y con la guerra se pierde todo".
Una oración por Venezuela
Latinoamérica también atraviesa por un momento de tensión y violencia. Es Venezuela el lugar donde la falta de diálogo en la convivencia política ha llevado a protestas y enfrentamientos que ya suman más de 60 fallecidos de una y otra posición en conflicto, solo durante mayo.
En ese contexto, el obispo Jorge Concha Cayuqueo se reunió a orar con parte de la comunidad venezolana de Santiago, el pasado 14 de mayo, en la Catedral de Santiago. "Los cristianos, como piedras vivas, si estamos unidos a Cristo, la Piedra viva y angular, renovamos nuestro compromiso por un mundo mejor, más justo y más fraterno, donde reinen la justicia y la paz. Esto mismo lo esperamos para cada uno de nuestros pueblos hermanos de América Latina, especialmente hoy, que oramos por el presente y futuro de Venezuela. Oramos por los que han perdido su vida en las últimas semanas, por las madres que sufren, por la comunidad de venezolanos en Chile, por el futuro de Venezuela. Que los planes y los proyectos de las naciones busquen el bien común, la justicia, la paz, con el respeto debido a los derechos de las personas y de los pueblos. El Señor ama la justica y el derecho, y su misericordia llena la tierra". De esta manera, recordó que en estos y otros conflictos los cristianos están llamados a ser "protagonistas en la construcción de un mundo mejor".