Curso para nuevos párrocos de Santiago

La bienvenida al encuentro, que se realiza en la Sede Arzobispal, estuvo a cargo de monseñor Galo Fernández, vicario para el Clero, para dar paso luego a la intervención del Arzobispo de Santiago, quien ofreció una reflexión sobre la misión y la espiritualidad del párroco. Al respecto, enfatizó en la figura de Jesús, Buen Pastor, como un rasgo propio de la identidad del sacerdote, y en la necesidad de que el párroco conozca a sus fieles, como el pastor a sus ovejas, y los acompañe en el discernimiento de su vida de fe. El buen pastor, dijo el cardenal, "también da la vida por las ovejas. La parroquia no la constituyen las estructuras parroquiales, sino las personas, para las cuales el sacerdote debe ser un buen pastor".

El arzobispo destacó más adelante la dimensión de la eclesialidad como un elemento que debe marcar fuertemente el ministerio del párroco. "Tenemos que tener en cuenta lo que la Iglesia, el Pueblo fiel espera de nosotros. El Pueblo santo y fiel es aquel que nosotros sabemos que vive el seguimiento de Jesús en la praxis de la vida cristiana. No quiere decir que no vengan voces también desde otras orillas, que tenemos que escuchar. Pero en primer lugar estamos llamados a tender el oído al Pueblo santo y fiel de Dios".

Posteriormente, el vicario pastoral, monseñor Héctor Gallardo, reflexionó en torno a la parroquia como espacio para anunciar y compartir a Jesucristo, "fuente de vida en abundancia", precisando los rasgos de un método misionero para la pastoral y dialogando con los sacerdotes acerca de las actuales líneas arquidiocesanas.

Finalmente, el padre Fernando Tapia se refirió a la organización pastoral de la parroquia, en particular a la índole e importancia de los consejos pastorales parroquiales como espacio de discernimiento comunitario de la pastoral y expresión de una Iglesia que vive en comunión y participación.

El curso forma parte del Plan de Formación Permanente que la Vicaría para el Clero implementa en la Arquidiócesis y se extenderá por los meses de mayo, junio y julio en la Sede Arzobispal. En la próxima reunión se abordará la dimensión administrativa de la parroquia.